LIBERTAD
Más hermosa que una sombrilla de seda
olvidada en la esquina del mar
la mujer transparente roe
el gran deseo de salir de la jaula.
Cada uno de sus huesos es
una pantera que canta.
Invocando la savia roja de los mártires,
arañando la fisonomía del miedo,
resistiendo en el grito,
la mujer transparente
es un talismán que denuncia.
Ha recibido tantos golpes del verdugo
-la muerte con odio entra-.
Ha sido cortada,
mordida,
sangrada.
Ha perdido los
ojos,
el cuero.
Pero no se
cansa de nacer.
No se cansa.
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