lunes, 28 de febrero de 2022

VIVIEN LEIGH SE SIRVE OTRA COPA DE VINO


 VIVIEN LEIGH SE SIRVE OTRA COPA DE VINO


La noche da sus primeros pasos y ella es vieja,
es vieja desde antes de nacer,
una muñequita de porcelana envuelta en hojas de té indio,
una muñequita de porcelana con ojos verdes
y corazón antediluviano.
Si un poema empieza
con un nudo en la garganta
fueron poemas todos los días de su vida.

Vivien Leigh se sirve otra copa de vino.
Una vieja loca por los gatos
con mohines de dama sureña.
Una vieja que dependió siempre
de la amabilidad de los extraños.
Una vieja que escribe para nadie
la historia de un animal tuberculoso que se muere y no,
que se muere y cuándo.

Vivien Leigh se sirve otra copa de vino.
En la mentira tibia del alcohol flota su cerebro
como un feto inviable.
No debería haber nacido.
Nunca hubo un pezón que apaciguara
su berrido de ciervo alienado.
Nunca hubo un gesto de luz
dentro de su cabeza bella y vieja.

Vivien Leigh se sirve otra copa de vino.
Y otra.
Y otra.
De repente el aire falla
y sus pulmones son enaguas de encaje rotas.
Pero no importa.
No importa.

Después de todo,
mañana no será otro día.
La noche da sus primeros pasos
pero ella sabe
que llegó y se queda.


Arte: "Vivien Leigh", Thomas Cantrell Dugdale
De "Enaguas de encaje rotas", Editorial Ruinas Circulares (2019)

viernes, 25 de febrero de 2022

EL BARRIO


EL BARRIO

 

Hoy cumple años el chico más lindo del barrio

decía el cordobés,

y sacaba los parlantes a la calle.

Ese día nos tocaba escuchar cuarteto.

Antes de Rodrigo.

Antes de que se pusiera de moda.

Nosotras pensábamos 

que el chico más lindo del barrio era otro

y esperábamos ansiosas el Carnaval

para poder mojarlo

(el agua era, entonces,

un labio temprano

apretándose contra el deseo,

el beso al que no nos animábamos).

 

El barrio.

Esa mancha de luz en la memoria.

Ese cofre de objetos maravillosos

donde guardamos

los primeros cigarrillos,

los primeros amores,

los perros que eran de nadie y eran de todos,

el carrito del heladero,

las canciones de ABBA.

 

Hoy cumple años el chico más lindo del barrio

decía el cordobés,

y las señoras que barrían las veredas

estaban de festejo a la fuerza.

Cuarteto todo el día

y a la tardecita la torta,

los tirones de orejas,

los deseos que no iban a cumplirse

(ojalá que el verano dure toda la vida,

ojalá que llegue pronto el Carnaval

y que se quede,

chau a la escuela,

chau a los bostezos y a la escarcha,

chau al sol del 25 de mayo).

 

El barrio.

Ese lugar de pertenencia del que me fui

pero no.

Porque irse era un pecado imperdonable

y las mudanzas,

aquelarres donde los brujos de la ausencia

ensayaban su canto funesto.

Ese lugar de desgarro

donde las preguntas

me arañan la garganta como gatitos tristes:

por qué la infancia se voló

con la música a otra parte,

de qué murió el chico más lindo,

cuándo vuelve el verano.



Fotografía: ANDINA/Archivo

miércoles, 23 de febrero de 2022

LOS GATOS


LOS GATOS
para Raquel Graciela Fernández

son sabios delicadísimos
silenciosos prudentes
andan como volando
sobre la tierra el pasto
las piedras las nubes
los bosques los montes
la selva en alta mar
ante las cataratas y las islas
son cariñosos mansos
viven jugando
de eterna fiesta
son alegres mágicos
misteriosos
disfrutan del sol
de los jardines
las brisas de las tardes
las primeras luces del alba
las lejanas canciones
los violines
apenas se quejan
muy de tanto en tanto
no ladran no aúllan
no hacen ruidos extraños
no atacan no lastiman
no viven enojados
juegan al amor
a las visitas
al doctor
a la escondida
a la rayuela
duermen mucho
¿viven soñando?
tienen gustos sencillos
aman la leche
los pescados
los barriletes
las historietas
la música de Mozart
versos de Li Po
nos reclaman caricias
cuidados y ternura
aman las películas
el fútbol el tenis
las modelos bonitas
andan rodeados de bicicletas
en medio de la oscuridad
bajo los brazos de la luna
le hablan a las estrellas
a las hadas
a los ángeles
al frío del invierno
al calor del verano
a las rosas los pinos
los jazmines los claveles
las glicinas
la arena la nieve
las tormentas

AMADEO GRAVINO


lunes, 21 de febrero de 2022

POSESIÓN

POSESIÓN

Dicen que viajando se fortalece el corazón,
cantabas.
Estábamos en la escuela,
festejando el día de la primavera,
o el día del estudiante,
o el día de vos tenés dieciséis  y yo catorce
y todavía no hay una fecha vacía en el almanaque,
todavía no hay una pena entre nosotros,
todavía tus ojos azules y tu voz desafinada
son criaturas vivas
y no necesito encontrar palabras
para inventarles una respiración,
para hacerlas protagonistas
en esta fiesta de resurrección de sábado a la tarde.

Yo no había viajado mucho
y el corazón lo tenía entero.
Pero lloraba al escucharte.
Lloraba y bailaba
alrededor de mis lágrimas
vestida de tableado y blanco.
Ahora pienso que estaba un poco en trance
y el futuro,
un orishá sin flores ni tambores,
se me había metido en el cuerpo.


Arte:  Pat Brennan

sábado, 19 de febrero de 2022

"TODO ES POESÍA" - LECTURAS


 

LA LOCA EMA

 

Salía a la calle con una bombacha en la cabeza

y los chicos del barrio nos desternillábamos de risa.

Ni siquiera la infancia

(esa estampita de pureza idealizada que compramos

en alguna feria entre mística y pagana

instalada frente a la catedral de la vida)

se salva de la fina cuota de crueldad

que atraviesa todo lo humano.

Estaba siempre rodeada de perros flacos

y revolvía incansablemente la basura de los vecinos

buscando algo que había perdido hacía años

y  jamás encontraba.

“La cordura”, opinábamos con desdén.

Porque estaba loca, claro.

Era la loca Ema.

 

Si estás loca te siguen los perros de la calle

o atiborrás tu casa de gatos maltrechos

(y si hay alguno tuerto lo llamás Plutón,

como el del cuento de Poe).

Si estás cuerda comprás un animal de raza

y no tocás a los de la calle

por si muerden,

por si están demasiado sucios,

por si están enfermos.

Si estás loca buscás en la basura de los otros

eso que te partió la vida en dos,

la porción de torta que no te tocó,

la llave que te cerró la garganta

y te dejó con el grito adentro

para que se pudra y te pudra,

y te convierta en el hazmerreír del barrio,

la desquiciada que sale a la calle

con una bombacha en la cabeza.

 

Yo no sé qué buscaba la loca Ema.

Lo único que sé es que estaba sola,

siempre sola.

Y que los perros orbitaban a su alrededor

como si esa mujer fuera el sol y ellos

planetas de costillas descalzas

subyugados por la inapelable ley de gravedad.

 

Yo no sé quién era en realidad la loca Ema.

 

Por ahí era el sol,

de verdad era el sol.

 

Y nosotros,

de puro normalitos,

no nos dábamos cuenta.


TREINTA Y TRES AÑOS

“Treinta y tres años, la edad de Cristo”,
repetía mamá cuando hablaba de su viudez,
esa cruz que arrastraba junto a la sonrisa rota,
la bolsa del mercado
y los tres hijos incomprensibles
que querían ver la Pantera Rosa después de enterrar al padre,
y querían jugar,
y lloraban
(jugaban a llorar,
lloraban jugando,
lloraban viendo dibujitos
y quejándose porque otra vez tenían que comer salchichas,
siempre salchichas,
siempre).

“Treinta y tres años”,
recalcaba,
y exhibía sus cinco llagas
(la sonrisa rota, la bolsa del mercado,
los tres hijos húmedos).
Lo curioso es que, cuando enviudó,
mamá tenía treinta y dos.
Supongo que el año que se sumaba
para contar la historia
le daban a su tragedia
ciertos aires de misticismo que la distinguían
entre todas las tragedias del mundo.

“Treinta y tres años”,
insistía.
“Qué viejo era Cristo”,
pensábamos nosotros.
“Qué vieja es mamá.
Cómo le tiemblan las manos
cuando nos peina.”


Arte: "Crucifixion, Female Christ", Kalliope Amorphous

lunes, 14 de febrero de 2022

HAIKUS 4


sigue la luna

su derrotero tibio

es primavera

 

hoja que vuela

cuenco de lluvia dulce

pájaro verde

 

todo comienza

cuando la flor despunta

amor primero


 

sábado, 12 de febrero de 2022

HAIKUS 3


 

boca del día

animal amarillo

el sol me nombra

 

toco la espalda

verdecida del bosque

mi mano tiembla


la mariposa

y su lúcido vuelo

liban verano

 

jueves, 10 de febrero de 2022

HAIKUS 2


 

olas que lloran

su soledad doliente

la noche avanza

 

mar infinito

bautiza la mirada

duele la lluvia

 

caballo rojo

el cuerpo se deshace

en la tormenta


martes, 8 de febrero de 2022

HAIKUS 1


el agua dice

su canto trasparente

la nube pasa


 
el pez resbala

en el beso del río

bulle la vida


 
la primavera

como puerto seguro

anclo mis ojos


domingo, 6 de febrero de 2022

ÚLTIMO DESEO

 

ÚLTIMO DESEO

Cuando era joven
y pensaba en las cosas que deseaba hacer
antes de morir
pensaba en grandes cosas.
O, por lo menos,
estaba convencida de que pensaba en grandes cosas.
Liverpool, París,
ser hermosa en la mirada de los otros,
brillar en la palabra.
Hacer de mi cuerpo el cuerpo del poema
y bla, bla, bla.
Hacer algo trascendente.

La vida fue tachando cada deseo
con la naturalidad con la que se tachan,
uno a uno,
los productos de la lista del mercado.
Al final, Liverpool no era más que un paquete de harina.
París, una lata de atún que no esté abollada.
Ser hermosa, brillar, trascender,
algo tan trivial como una bolsa de piedritas para los gatos.

Pero hay un deseo
(un último y fabuloso deseo)
que todavía me toca los ojos cada noche
antes de arrojarlos a la fuente del sueño
como si fueran moneditas de cansancio.
Una pequeña zanahoria de luz
delante de esta burra que hizo de su cuerpo
algo más
(algo menos)
que un puñado de palabras imprescindibles:
ver a los osos en el bosque.
Ver danzar a los osos en el bosque.