martes, 15 de junio de 2021

SYLVIA


SYLVIA


                                                                                                  La ventana

“La luna no tiene porqué entristecerse, 
mirando fijamente desde su capucha de hueso.”
Sylvia Plath (1932 – 1963)



La ventana

vomita coágulos de cielo

y el cerebro apaga sus luces,

una a una,

se acabó la fiesta. 

Yo aúllo en negro

(el negro es un silencio espeso

como la saliva

de un condenado a vivir).

Yo blasfemo en negro,

y dos niñitos traslúcidos

desayunan sándwiches de huevo,

waffles,

jugo de naranja,

en una habitación sin ventanas

al otro lado del mundo.



Yo,

mutante rubia,

fantasma de pelo rojo,

judía, jabón, jodida,

abrazando las botas de papá,

lamiendo las botas de papá,

ofreciéndole un final chiquito

de cámara de gas,

de Auschwitz doméstico.



La ventana fue un colirio

aliviando

mi mirada de invierno.

Ahora vomita los colores,

los escupe, los desguaza,

que se vayan,

colores, placebos,

dormirmorir

se hace siempre en negro

que se vayan.



A veces,

saco la cabeza del horno,

recojo mis poemas,

recojo mis gusanos,

en una fiesta de resucitados que dura nada,

que dura apenas una ventana,

un colirio, un jabón,

unos hijos remotos.


SYLVIA


                                                                                                  La finestra

“La luna non ha niente di cui rattristarsi,
fissando dal suo cappuccio d’osso.”
Sylvia Plath (1932 – 1963)

La finestra vomita

vomita coaguli di cielo

e il cervello spegne le sue luci,

a una a una, la festa è finita.

Io ululo in nero

(il nero è un silenzio spesso

come la saliva

di un condannato a vivere).

Io bestemmio in nero,

e due bimbi traslucidi

mangiano sandwich con l’uovo,

 waffle,

succo d’arancia,

in una stanza senza finestre

all’altro capo del mondo.

 

Io,

mutante bionda,

fantasma dai capelli rossi,

ebra, sapone, maledetta,

che abbraccia gli stivali di papà,

che lecca gli stivali di papà,

offrendogli un piccolo finale

di camera a gas,

di Auschwitz domestico.

 

La finestra come un collirio

che lenisce

il mio sguardo d’inverno.

Ora vomita i colori,

li sputa, li smantella,

che se ne vadano,

colori, placebo,

dormiremorire

si fa sempre in nero

che se ne vadano.

 

A volte,

tolgo la testa dal forno,

raccolgo le mie poesie,

raccolgo le mie larve,

in una breve festa di risuscitati,

breve come una finestra,

un collirio, un sapone,

dei figli distanti.

De "Un rayo a tiempo", El Mensú Ediciones (2018)

Traducción: Sara Cericola

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