UNA
CANCIÓN DE CUNA
Alguien cantó una canción de cuna.
Alguien no pudo cantarla.
Pero la canción silenciada vuelve
arroró mi niño, arroró mi sol.
La canción vuelve
y los animales la habitan,
la habitan los pájaros.
Tiene un dulce racimo de leche
al alcance de la boca.
La canción trae
llaves de pan para cerrar los ojos
de los niños que se duermen solos,
brújulas húmedas para orientar sus sueños,
barquitos de papel que jadean
como los angelitos que corren carreras.
La canción trae
un hilo de sangre que se desanda
hasta romper la ausencia,
hasta arrancarle a la ausencia
su mohín de carne traficada.
Alguien cantó una canción de cuna.
Alguien no pudo cantarla.
Pero la canción silenciada vuelve
y es tan azul, tan azul
como las contracciones de ternura
de un útero que fue motín de mariposas,
revolución de rosas vivas,
rapsodia de piedritas de colores,
andamio de pañuelos y pañales.
Arte: Pablo Bernasconi
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