miércoles, 10 de enero de 2024

NIÑA EN VUELO


NIÑA EN VUELO 

“Era lejos, muy lejos, en las primeras albas de un jardín custodiado por ángeles y ortigas.” – Olga Orozco



Un sol absolutorio extendía  

sus trozos en mi boca. 

Su carnaval con olor a lentejuelas. 

Por mi pie trepaban mariposas: 

un muestrario de candor cuando el verano  

bebía su copa de ingenuidad. 


  
El  séquito de las voces fraternales  

templaba mis costados. 

Ningún sermón llegaba con el viento. 

Las ojos no cantaban su diluvio  

(nadie jugaba el juego de las lágrimas 

y los muertos apenas dolían, 

blancos como perlas, 

en la orilla más lejana de la memoria). 



Antes 

cualquier jardín cabía en el ojo de la cerradura. 

Un espesor de hermanos endulzaba 

los cuatro puntos cardinales de la infancia. 

Migrábamos de enero a enero sin escalas,  

insectos oportunos,  

pequeñas flores rojas con los ojos abiertos. 



Ahora  

deambulo por  la herida  

sin tentaciones ni desobediencias. 

Descalza, en retroceso.  

Con las falanges húmedas de tiempo. 

Aullando la amplitud de  los timones perdidos. 

Con las voces trabadas. 



Antes era lejos, muy lejos. 

La araña delatora no tramaba 

mortajas de distancia. 

El pájaro hecho trizas no lamía 

el paladar del miedo. 

Yo era una niña en vuelo y no sabía 

que las niñas no vuelan.





 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario