HERMANOS
Cuando yo miraba la luna
en esa otra vida que es la infancia
abrían un párpado de sangre recíproca en mis ojos
y brillaban.
Había también un eco de sus pequeños llantos
en los vapores del verano.
Ella tenía los gestos
parecidos a los míos,
el pelo suave.
Él era callado.
Recordaba cosas que no habían sucedido nunca.
Cuando yo jugaba en la arena
me acercaban el mar
y los escuchaba
en el piar de los caracoles azules.
Viudos del aire me rondaban.
Toqué sus bocas tantas veces
cuando toqué el silencio.
En el útero de mi madre
todavía están escritos sus nombres.
Ella, que no era yo,
aunque alguna vez se probó mis muñecas.
Él, tan callado.
Arte: Katie m. Berggren
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