viernes, 28 de agosto de 2020

LOGRO



LOGRO

¿Sabés cuál fue tu gran logro?
Ser el último tipo al que le escribí un poemita de amor.

Después de vos,
los poemitas de amor me parecen
declamaciones ingenuas
de gente que no sabe bien
cómo viene la cosa
(yo tampoco sabía hasta que apareciste
y me enseñaste que la cosa
viene más o menos bien hasta que derrapa,
y más vale pájaro en mano
que cien volando,
y más vale un sillón cómodo frente a la TV
y las cuentas al día
que andar probándome novelas turcas que,
invariablemente,
me tiran de la sisa).

Me gustaban tus ojos verdes,
me gustaba como hacías el amor,
me gustaba que fueras un espejo
donde mirarme y verme brillante.
Pero si me dieran a elegir
preferiría no haberte conocido.
Si no te hubiera conocido
todavía tendría(mos)
el beneficio de la duda.

¿Sabés cuál fue tu gran logro?
Bajarme de un hondazo.
Salvarme de la ridiculez
de escribir poemitas de amor
a los 50 años.
Pero si me dieran a elegir
preferiría seguir creyendo que existe
el zapato perfecto:
encaje, cristal, suelas rojas,
y me queda pintado.
Tu gran logro fue jubilar
a Tom Hanks y Meg Ryan,
a Mickey Rourke y Kim Basinger,
a Clint Eastwood y Meryl Streep.
Jubilarlos y encerrarlos en un geriátrico
que jamás visito
porque el sillón cómodo frente a la TV lo uso
para saber qué cosa estúpida hicieron
unos adolescentes estúpidos
el verano pasado.
O el otro.

Esto no significa que no te haya querido.
Te regalé “Rubber Soul”. Mirá si te quise.


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