EL CABALLITO BALANCÍN
"Cantábamos para siempre la canción.
Cantábamos nuestra alianza hasta después del mundo."
Olga Orozco
Estaba dentro de la canción
que cantábamos esa noche.
Noche de inocencia ajena
que la luz de la memoria
desnuda de un manotazo.
No era nuestra infancia,
no se desbordaba
en la dimensión de la lluvia.
Era blanco como el camino de grava
donde rodaban los días.
donde rodaban los días.
Estaba dentro de la canción
que cantábamos esa noche.
Crecía junto a otros objetos inútiles:
una estrella estéril esparciendo
su semen baldío.
Se balanceaba al borde
de unos ojos inconclusos
-ocho años de ojos que se muerden los párpados-.
Parecía inofensivo
como un domingo estirado sobre el sueño.
Estaba dentro de la canción
que cantábamos esa noche.
Papá se fue al cielo
y los nenes
nos quedamos en el infierno
(mamá amuebla el infierno a su manera,
nos lava la culpa con chocolate caliente,
nos mira y no entiende,
no sabe,
no puede).
La mitad de nuestros recuerdos es falsa.
La otra mitad,
está contaminada por la herida.
Estaba dentro de la canción
que cantábamos esa noche.
Una licencia de Dios
o un soborno del Diablo.
No sé.
Arte: Marina Deryagina
Del poemario "Once Upon A Time" (2014)

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