viernes, 10 de diciembre de 2021

ENREDADERAS

  

 ENREDADERAS


A él no le gustan las enredaderas

porque dice que crecen para donde quieren.

Precisamente por eso

me gustan tanto a mí,

por esa rebeldía verde que señala su propio camino,

ese centelleo de clorofila autónoma

que desoye

las voces de las manos que acomodan el jardín

como si fuera el cajón donde se guardan las medias.

Sediciosas y coquetas,

desde la libertad más pura,

las enredaderas se hacen a sí mismas.

Dan mil vueltas sobre su desborde

y sueltan el abrazo.

Y te sorprenden

con un golpe de flores

en el lugar menos pensado.

  

A mí me gustan las enredaderas

y me gustaría ser como ellas.

 

Crecí para donde pude.

Déjenme envejecer para donde quiera.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario