TALLER LITERARIO
“ALEJANDRA PIZARNIK”
"La invisibilizacion de la pobreza" de Kevin Lee
PRODUCCIONES DE NUESTRO
SÉPTIMO ENCUENTRO VIRTUAL I
En nuestro séptimo encuentro virtual trabajamos a
partir de la obra poética de Raquel Graciela Fernández.
Esta escritora, contemporánea, nació en Avellaneda.
Recibió más de cien premios nacionales por su actividad poética, otorgados por
prestigiosas instituciones. A estos logros se le suman otros obtenidos en
España, Estados Unidos, Italia, Chile y Perú.
Es autora de los poemarios: Ojos que miran el cielo; Revelaciones;
Todos los hombres que me amaron; Hermano; La antigua enfermedad del otoño; Cierta condición
nocturna; Como nosotros(cuadernillo);
Once upon a time (bilingüe
castellano/italiano); Interrumpidas;
Pretty in Pink; Goodbye, Norma Jeane; Un rayo
a tiempo y Enaguas de encaje rotas.
La forma que elige nuestra autora es fundamentalmente
la poesía, es decir una escritura en versos que tienen ritmo o sonoridad,
aunque no se ajustan a los cánones de rima y métrica de la poesía clásica,
sino que transgreden toda esa estructura formal como hace habitualmente la poesía
de vanguardia.
Sabemos que Raquel
es poeta. Ahora,
¿lo que escribe
pertenece al género
lírico? En principio, sí, dado que pone en juego toda su subjetividad y nos
manifiesta emociones, sentimientos y vivencias propias de ese género. Pero
muchas de sus poesías son narrativas porque cuentan una anécdota, un hecho real
y cotidiano: aunque esa narración siempre se subordina a lo lírico, ya sea por el uso del lenguaje, por los recursos
que emplea, por la manera
en que se sirve del relato para llegar a otra cosa.
Raquel construye un yo lírico
que se manifiesta con un lenguaje
que innova la poesía tradicional, es decir que utiliza
palabras que no son frecuentes en la poesía y no emplea palabras o
construcciones clásicas. Esta manera de enfocar sus poemas le otorgan mucha
fuerza a lo que dice y a cómo lo dice. Además recurre a temas y a cuestiones de nuestro tiempo
de tal manera que emplea los recursos
líricos de una manera prácticamente argumentativa. La poeta transmite, refuta
y defiende ideas. Los hechos, las anécdotas, las situaciones cotidianas,
los recuerdos, las vivencias, las emociones le sirven para poner en juego
valores que defiende y antivalores que defenestra., como iremos viendo a lo
largo de sus versos.
De esta forma se manifiesta en contra de los prejuicios en todas sus
formas, del racismo, de la homofobia, de ciertas maneras de entender el
feminismo, de la prostitución, de la violencia de género, de las pequeñas
y grandes miserias
de la sociedad y del hombre. Para hacerlo,
todo material es posible:
desde los personajes de Hollywood hasta algunas muchachas
de su barrio, desde la visita
a la
madre en plena cuarentena por el coronavirus hasta la prostitución o la trata de mujeres, desde el amor hasta la profanación y la violencia.
A partir de los poemas de Raquel Graciela Fernández,
cada uno de nosotros produjo sus propios textos, que dialogan con los de la
autora e instauran un nuevo universo de palabras.
Daniel Ruiz Rubini (Coordinador)
Carina Andriolo
La última oportunidad
Teresa rescataba
perros callejeros, o quizás ellos
la rescataban. Es que a sus cuarenta
y tantos años, con los
primeros surcos que atravesaban su rostro y
con un peso que excedía lo "normal", sabía que ya no pasaría ningún tren.
No se imaginó
que la última vez que la invitaron a salir, sería efectivamente la última. De
haberlo supuesto, seguramente hubiese aceptado -suele pensar - y quién sabe,
hoy tal vez tendría hijos. No le importa tanto tener marido ¡para qué! ¡No
nació para cuidar braguetas!
Prefiere cuidar perros que son fieles y cariñosos, se hablaba y
contestaba.
Pero claro, quién no sería
fiel y cariñoso con casa, comida y atenciones. Los perros no son fieles porque sí. Los perros no piensan.
Los perros no le retribuyen el amor y los cuidados
que ella les prodiga. Se fue a dormir con ese pensamiento.
En medio de la
noche, sintió un aliento cerca de su oreja y gruñidos a su alrededor. Uno a
uno, los perros se subieron a la cama y comenzaron a atacarla, mordisqueando
todo su cuerpo. Aunque trataba de protegerse con los brazos y manos, les
gritaba y llamaba por sus nombres, eran bestias embravecidas masticando su
carne, chorreando baba y sangre de sus dientes afilados.
Tratando de apartar a los rabiosos caninos, giró bruscamente, cayó al
suelo. Entonces se despertó.
Arte: "Rabid dog in the yard", Laurel Hausler
Arte: "Rabid dog in the yard", Laurel Hausler
Élida Noemí Cantarella
En ese hervidero
de laberínticos pasajes
- extraña geometría
de ángulos
y curvas
extraña geografía
en un amasijo
de chapa y
cartón
- un invisible forastero
se pasea con garfios
lo arrastran en
las sombras
y en un tugurio oscuro
se
hace fuerte y resistente.Resiste
como el Yony, como la Elwis
resiste como el
caldo de gallina
la cumbia villera el dengue
la cuca que se
asoma
desde un resumidero
- todos
autóctonos
latinoamericanos -
nacidos en
suburbios
de aguas infectadas
asisten con estupor
a
la entrada de un bicho
que viene de lejos
que bajó de los
aviones
que no fueron ellos
quienes
lo trajeron
ni le dieron la bienvenida.
Los
choriplaneros
los villeros
los negros
de mierda
ahora son el blanco
de hordas salvajes.
Para Alejandra
"Sus ombligos son heridas sin patria
que no sanarán
nunca”
Raquel G. Fernández
Con ese andar errante
de sombra entre
las sombras
en calles impiadosas
y rostros que caminan sin ver
se zambullen ellos
peregrinos de una suerte esquiva
con caras
y rostros que caminan sin ver
se zambullen ellos
peregrinos de una suerte esquiva
con caras
lavadas por
el hollín
sucias de dolor
con el
viento
tajeándoles la piel
vagabundean sin destino.
- Analfabetos o
sin letras del alfabeto
sólo un número
que
no califica
peones en el
ajedrez
“de a pie” en Latín
soldados en el ejército
vulnerables en soledad
temibles en el remate
hartos de que
las otras piezas
los miren con desdén -
Asalariados
en los basurales
( posibles infectados )
desnudan los harapos
para que el sol nutra sus huesos.
- Jamás escalarán la tarima
y cuando el
tiempo los haya deshojado
serán carne de subasta
en
el casillero de un cruel tanteador -
Para Alejandra
“Los
que te arropan con sus flores rotas,
sus
nidos de tierra antigua,
sus
gusanos traslucidos, sus hormigas”
Raquel
G. Fernández
I
Cómo abrigar a la niña
si la escarcha traspasa el corazón
si
niega la rosa en el rosal
y se marchita en su
agonía.
Cómo despertar su alma ciega
si cabalga las borrascas
si con la espina
enzarza la hoguera y su mirada se vela con cenizas.
Cómo anclar sus alas
si la seduce la losa
del abismo
si su verso es el
campanario de la muerte
y enjaula los bramidos de la luz.
Cómo hacerle saber
que el paraíso se
cultiva en la tierra
que no habrá ángeles ni regresos
y que el mejor poema
se escribe
con tinta salobre de la piel.
ll
Este nombre que se
oculta
Buma repite mi madre
y esta manía esta
costumbre
de mirar el espejode mi hermana,
ella hermosa como una
espiga
yo, la que tartamudea
con accesos de asma
la
rebelde
la que ilumina
con
sombras
el camino de la
libertad
la que transgrede
los versos y la vida
la que se deja seducir
por las pastillitas
la que se enfervoriza
con alcohol
y escribe
con la sangre
el mejor poema.
III
“Señor
la
jaula se ha vuelto pájaro
y ha devorado mis esperanzas”
Alejandra Pizarnik
Madre
qué haremos con la esperanza
si la cruz
se vuelve hombre
si los clavos perforan
la luz de las
tinieblas
si hay astillas que lastiman
la
epidermis de la gente
si el miedo de mi voz
desnuda los
fantasmas
si la cruz se vuelve hombre
y se
revuelca en el foso
si la Magdalena no llora
ni cura las
heridas
si la madera no resiste
la ascensión
y resucita con el paño
que protege los
cerrojos.
Madre
qué haremos con la esperanza
si la cruz
se vuelve hombre.
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