martes, 21 de enero de 2014

FLORES DE SAPO


FLORES DE SAPO
A Daniel


¿Te acordás cómo eran?
Blancas. Con forma de estrella.
Crecían en los terrenos baldíos
y en el luto de los jardines descuidados.
Una prueba irrebatible de verano.
Flores de sapo. 


Entonces la vida sucedía
en la infinitud de enero,
en su garganta de pasto y mariposas,
en sus mentiras azules:
vos y yo girando con los ojos cerrados
para marearnos y gritar “¡Se cae el mundo, se cae, se cae!”
y ese sol que nunca volvió a ser el mismo
desde que la sangre me visitó en sueños.


Eran blancas, sí,
con forma de estrella.
No demasiado grandes
pero mucho más grandes que los infames bichos colorados.
A las otras chicas les daban miedo
(si hay una flor de sapo hay un sapo cerca, seguro, seguro).
A mí me gustaban.


Entonces la vida tenía el asombro

de las cosas que todavía no empiezan,
faltaban muchos años para que yo me cruzara
con el primer hombre que juré irreemplazable
y reemplacé con feroz alegría,
y muchos más  todavía para que me dejaras sola,
deshermanada,
enterada de que no hace falta marearse para notar que el mundo
(este mundo que es tan grande sin vos)
se viene cayendo desde hace rato.



2º Premio Poesía Concurso Literario Rotary Club de City Bell, City Bell, Bs. As. (2014)

2 comentarios: