RAY BRADBURY
Waukegan, Illinois, 22 de agosto de 1920 - Los
Ángeles, 6 de junio de 2012
Se aman los ocasos porque se
desvanecen.
Se aman las flores porque son efímeras.
Se aman los perros del campo y los gatos de la cocina
porque pronto
deberán partir.
Éstas no son las únicas razones, pero en el corazón de
las bienvenidas
matinales y de las risas vespertinas, está la
promesa del adiós. En el
hocico encanecido de un perro viejo, vemos el
adiós. En el rostro
cansado de un viejo amigo, leemos largos viajes más
que regresos.
Ray Bradbury
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