Mi
madre me parió de madrugada.
A
mediodía
me
solté el pelo y besé en la boca
a
aquel chico de los ojos azules.
A
mediatarde
tomé
el té con las señoras
de
las que me escondía
cuando
mi sangre era un potro al galope.
A
medianoche
me
miré al espejo
y
no me reconocí.
Arte: George McElligott
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