274
DÍAS
274
días duró su matrimonio.
274
noches la tuvo en su cama,
desnuda
y rubia,
la
mujer a la que todos amaban
y él
quería amar con exclusividad,
la
mujer del vestido blanco
y las
piernas del mundo.
La
mujer que no podía darle un hijo
que lanzara
al futuro,
como
una piedra de esperanza,
su
apellido italiano.
274
días duró su matrimonio.
Después,
ella se
casó con otro
pero él
siguió siendo un puerto
donde
la niña naufragio podía atracar
cuando
la abandonaban sus amantes,
sus
psiquiatras,
sus
ganas de bañarse y cepillarse el pelo,
sus
ganas de vivir.
Cuando
ella murió
él
rugió como un león
y lloró
como un recién nacido.
Pero
tuvo el coraje para organizar su funeral,
comprar las flores,
comprar las flores,
vestirla,
prohibir
que se acercaran a su cadáver
las
moscas y los depredadores.
Un segundo antes de que el cáncer
ganara otra batalla
él lanzó
su nombre al más allá,
como
una piedra de esperanza.
“Al fin voy a poder volver a ver a Marilyn”
murmuró
Joe Di Maggio.
Al fin.
Arte: "Joe loves Monroe", Perry Milou
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