MERCEDES
DE ACOSTA ESCRIBE SU PRIMER POEMA DE AMOR PARA GRETA GARBO
Cuando
se conocieron
la Garbo elogió el brazalete que llevaba Mercedes.
La
poeta no dudó en convertirlo
en una ofrenda a la Diosa:
en una ofrenda a la Diosa:
“Lo compré para vos en Berlín”,
murmuró
mientras se lo quitaba de la muñeca
y lo
dejaba a sus pies.
Ahora,
sola en su cuarto,
Mercedes evoca los ojos eternos de Greta,
su
media sonrisa inescrutable,
sus
pechos reprimiendo el salto como conejos tibios
debajo
de la blancura prometedora del sweater.
Ella,
que
se jactaba de ser capaz de quitarle la mujer a cualquier hombre,
sabe
que no es digna de la Diosa,
pero comprende que una palabra suya
bastaría
para salvarla.
Ahora,
sola en su cuarto,
Mercedes de Acosta escribe su primer poema de amor para Greta Garbo.
Su
boca es un hervidero de abejas y aguijones
ungidos por el deseo.
Entre sus muslos
un hilo de luz se convulsiona
en una danza de luciérnagas y hambre.
Mercedes elige cuidadosamente las palabras
(siempre
hay que elegir cuidadosamente las palabras
cuando
se habla de amor).
Las
abejas se escapan de su boca,
besos
en tropel que mueren en el aire,
y un
sabor a canela y a naranja
madura
en la cresta de su lengua.
El sabor del sexo de la Diosa,
adivina,
y se
persigna en nombre de la Garbo,
de su cuerpo largo y sagaz,
de su cuerpo largo y sagaz,
de sus pezones fosforescentes que la apuñalan
y la hacen caer de rodillas.
Mercedes cae
y escribe.
Escribe.
Su primer
poema de amor para Greta Garbo.
Su primer poema de amor.
Muy bueno. Rosana Mazzoni
ResponderBorrarMuchas gracias, Rosana!!!!!
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