MIGRANTES
El sol marca el
territorio de la sed.
Un fémur rojo obtura las gargantas.
Las voces son ovillos de ceniza,
cigarras anémicas
con el canto en jirones.
Cada paso que dan
los acerca
al la estafa de la desesperanza,
es la pieza de un puzzle
donde la muerte se arma a fuego lento.
Cada paso que dan
es un vidrio roto que
sangra.
Cuando la noche se atrinchera
en el iris del cielo
el amor
también es un desierto.
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