CHIARA
"Hay que mirar los niños en la flor de la muerte floreciendo,
luz untada en los pétalos nocturnos de la muerte."
Jaime Sabines
"Hay que mirar los niños en la flor de la muerte floreciendo,
luz untada en los pétalos nocturnos de la muerte."
Jaime Sabines
Ella era
la fácil desnudez de la inocencia
poniendo un pie afuera de la infancia.
La carne jugando a ser deseo.
La piel agradeciendo
la plegaria del aire.
Soñaba que el amor
era nadar a contramuerte.
Soñaba que el amor.
No presagió una danza inmóvil
de tendones marchitos.
No calculó el culto a la ceniza,
la mentira,
la mordedura opaca
de las segundas intenciones.
Ella no supo el primer golpe hasta que el miedo
le degolló los pájaros del alma.
Ella era
el paladar del sol
desordenando el cuerpo.
Blandiendo dientes como jazmines blancos.
Enarbolando piernas.
Hoy es, apenas,
una pequeña estatua de clausura.
Las vértebras de azúcar diluidas en nada,
los ojos empapados de intemperie.
¿O son lágrimas?
¿O es sangre?
Chiara Páez desapareció el 10 de mayo de 2015 a la madrugada en la localidad santafesina de Rufino. Su cadáver fue hallado horas más tarde, enterrado en el patio de la casa de su novio de 16 años, quien confesó el crimen y fue detenido junto a su madre y su padrastro. Chiara tenía 14 años y estaba embarazada.
Del poemario "Interrumpidas" Edición ampliada, Acercándonos Ediciones (2015)
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