ESO
QUE LLAMÁBAMOS AMOR
Arrastrabas
con
tu paso cansino
la
parafernalia de los milagros
y
yo te masturbaba con poemas soeces
tallados
con celo infinito
en
mis huesos de papel de arroz.
Nos
buscábamos,
algunas
veces,
en
los párpados arrinconados del sueño:
me
encontrabas boca abajo
mordiendo
una almohada de sangre y sudores
y
yo te veía siempre de espaldas
huyendo
por el largo pasillo
que
crecía detrás de mis ojos desguazados.
Cada
tanto
te
abría mi cuerpo de reina suicida
para
que encajaras en él
la
cadencia de tu aullido.
A
eso llamábamos amor.
Pero
un día dejaste caer la máscara,
los
besos se extinguieron
y
ya no hubo voluntad de abrazo.
Alguien
me susurró al oído
que
los milagros también tienen
su
fecha de clausura
y
yo supe
que
eso que llamábamos amor
sólo
era una culpa maquillada:
la
culpa de no poder,
no
saber,
no
querer
derrocar
la ceguera de la noche,
mirarnos
reales e imperfectos,
doblegar
el ocaso
y
ser felices.
Arte: Leicia Gotlibowski
El poeta cuando no ha vivido una situación la inventa.
ResponderBorrarEl poema es siempre una creación.
Oscar
Gracias!!!! Un abrazo!!!!
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