FLORENCIA
“Y voy hacia la muerte que no existe,
que se llama horizonte en mi pecho.
Siempre la eternidad a destiempo.”
Blanca Varela
Ella se mira en un espejo de
cenizas,
se dibuja en el aire con un dedo
de niebla,
gira en los pliegues de un
vestido
que no abraza a ningún cuerpo.
En algún lugar se perdió su olor
de mariposa batida a duelo
con las frías intenciones de
junio.
En algún lugar se dejó la piel,
se dejó el rosado devenir de los
pulmones,
la cotidiana usanza del café,
la recurrida ceremonia de los
libros.
Ella se lava los ojos con
sombras.
Evoca a los muertos como a los
pájaros,
tan intocables, tan al alcance de
la mano.
Evoca a los pájaros como pequeños
soplos de gasa
que no alcanzan para sanar
las llagas del viento.
En algún lugar se dejó la
memoria,
se dejó el goce del cuerpo,
se dejó la sangre que hilvanaría,
con ternura,
el hechura de un recién llegado.
Ella se acurruca en un panóptico
de humo.
Los ojos del terror la vigilan
pero no los ve
porque todo es ausencia.
Florencia Pennacchi desapareció del barrio donde vivía, Palermo, el 16 de marzo de 2005. Desde entonces, nada se supo de ella. Al momento de desaparecer, Florencia, que estudiaba Ciencias Económicas en la UBA (Universidad de Buenos Aires), tenía 24 años.
Del poemario "Interrumpidas",
Publicaciones Entre Líneas (2014)
Gran Premio Primer Concurso Internacional de Poesía
“La palabra de mi voz”, Publicaciones Entre Líneas, Miami, EEUU (2014)
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