PALABRAS A LA MUERTE DEL POETA
El labio se sublima,
se despega
de las maniobras azules del verano.
La sangre se deshace
en guirnaldas de pena.
Ya no hay saliva meciendo las vocales.
Un cardumen de sueños diluidos
se trastoca en espuma.
Como un pájaro sin voz, el poeta,
se repliega en la médula de miel de los
huesos.
Esta vez,
elije el silencio.
Esta vez,
la boca se deshoja en un otoño
interminable
y las palabras
son hojas que van sobrando.
El germen de la Muerte se sitúa
en el
corazón que se adelgaza
como el jadeo
de una luna menguante.
2º
Premio Poesía “Concurso Literario 98º
Aniversario Diario La Idea”, Multimedios
“La Idea”, Lanús, Bs.As. (2013)
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