EL JARDÍN
"Un claro en un jardín oscuro o un pequeño espacio de luz entre hojas negras.” – Alejandra Pizarnik
Yo vine a ver el jardín. Y me quedé.
Al principio, contra mi voluntad.
Te juro que no quería ser poeta,
poetisa, mujer que escribe,
mujer que debería callarse,
mujer que hace malabares con las palabras y no sabe.
Mujer que debería, en todo caso,
extender la mano y pedir limosna.
Yo no quería abrazarme las rodillas
Yo no quería abrazarme las rodillas
moviendo la cabeza como una máquina estúpida
-arriba, abajo, arriba, abajo-,
con este sabor a intemperie en la boca.
Roedora resignada. Roedora de versos.
Yo no quería retirarme de los asuntos urgentes:
“No hay leche”, “No hay pan”,
“Se me pasó el arroz”, “Seguí participando”.
Pero vine a ver el jardín.
Con esta lucidez que no puedo arrancarme de los sesos.
Intentando lanzar el ojo a través de la cerradura.
Para ver. Para ver no sé qué.
Para ver la flor que fue la génesis de todo.
Buscando una reina más loca que yo.
Buscando la respuesta al “Seguí participando”.
¿Y si no sigo?
Mi palabra vuela bajo.
Pero yo me conformo ver el jardín.
Y quedarme.
Al principio, contra mi voluntad.
Ahora, porque esta es mi casa.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario