ELLA SIGUE
A Frida Kahlo
Se suceden
una calavera de azúcar que dice muerte,
(revalida pesadillas),
un nombre que no cabe en un vestido de
niña,
una niña desnuda que no deja de llover
(y alguien que cree
haberla encadenado).
Se suceden
un hombre encastrado en la idea
(naturaleza viva:
lengua, saliva, vello, sudor,
el sitio inmenso de su pelo,
el riesgo de la boca),
una botella que estuvo
flotando en su océano de piernas locas
(rotas)
y la manía de invertir el hambre
en
hoces y martillos.
Se suceden
el champagne en
París,
el tequila en México,
los gringos en Nueva York
(la piel de una hembra asándose en su
fuego;
a nadie se le ocurre preguntar por el
sexo de las mariposas,
a nadie se le ocurre preguntar por qué
hay pájaros enredados en su cuello).
No se puede esquivar la eternidad.
No hay treguas que mitiguen
la humedad de ese cuerpo.
Y ella sigue plantando
(pintando)
razones para sobrevivir.
Arte: Benjamin Lacombe
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