UN NIÑO
A Mateo
“Por el cielo va la luna
con un niño de la mano.”
Federico García Lorca
Como en el canto más bello
del inefable andaluz
por el cielo va la Luna con un niño de la mano.
Detenido eternamente en una infancia
apenas despuntada;
detenido eternamente en los primeros balbuceos
que intentaban nombrar a un mundo
demasiado grande,
demasiado brillante;
detenido prematuramente en la intrincada
telaraña del recuerdo,
un niño.
El dolor no lo toca;
las alas rotas de los sueños
no rozan su piel traslúcida;
las cenizas que enlutan los corazones
no mancillan su risa blanca.
Por las avenidas grises
donde ruedan las vidas como dados,
arrastramos valijas gigantescas
cargadas de flores de trapo,
de estampitas de santos inocentes,
de nidos destrozados,
de pajaritos helados por la lluvia,
de falsos juramentos.
Gigantescas valijas pesadas como lágrimas,
cargadas de vergüenzas y de cruces,
cargadas de preguntas sin respuestas.
El niño, ligero de equipaje,
porque la muerte lo libró del miedo
va por el cielo, fugaz como una estrella
con la luna redonda de la mano.
Debajo del grito desgarrado del dolor
subyace el silencio del milagro.
Por nuestras vidas ha pasado un niño.
Un ángel.
A Mateo
“Por el cielo va la luna
con un niño de la mano.”
Federico García Lorca
Como en el canto más bello
del inefable andaluz
por el cielo va la Luna con un niño de la mano.
Detenido eternamente en una infancia
apenas despuntada;
detenido eternamente en los primeros balbuceos
que intentaban nombrar a un mundo
demasiado grande,
demasiado brillante;
detenido prematuramente en la intrincada
telaraña del recuerdo,
un niño.
El dolor no lo toca;
las alas rotas de los sueños
no rozan su piel traslúcida;
las cenizas que enlutan los corazones
no mancillan su risa blanca.
Por las avenidas grises
donde ruedan las vidas como dados,
arrastramos valijas gigantescas
cargadas de flores de trapo,
de estampitas de santos inocentes,
de nidos destrozados,
de pajaritos helados por la lluvia,
de falsos juramentos.
Gigantescas valijas pesadas como lágrimas,
cargadas de vergüenzas y de cruces,
cargadas de preguntas sin respuestas.
El niño, ligero de equipaje,
porque la muerte lo libró del miedo
va por el cielo, fugaz como una estrella
con la luna redonda de la mano.
Debajo del grito desgarrado del dolor
subyace el silencio del milagro.
Por nuestras vidas ha pasado un niño.
Un ángel.
Arte: “Angel With Bird”, Tascha
4º Mención Poesía “Certamen Literario Rotary Club de City Bell”, 92º Aniversario de la Ciudad – City Bell, Bs.As. (2006)
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