domingo, 30 de marzo de 2008

CAMPANAS


CAMPANAS
 
“La muerte de cualquier hombre me disminuye, porque estoy ligado a la humanidad; por consiguiente, nunca preguntes por quién doblan las campanas: doblan por ti.”
John Donne


 


Un hombre murió y era mi padre:

de pie en el camposanto del recuerdo

exhibía en sus manos extendidas

un corazón de mecanismo defectuoso

donde alguien había escrito mi nombre.



Un hombre murió y era mi amante:

su desnudez se revelaba triste

como una mendiga descalza

con los pies azules de frío,

su sexo era una flor marchita,

un lirio clausurado.
 


Un hombre murió y era el poeta:

por las grietas del suelo se escurría

roja y caliente su sangre andaluza,

y la tierra, teñida de carmín,

vomitaba fusiles.
 


Un hombre murió y era el Mesías:

brillaba en el madero su carne flagelada,

un rumor de abejas laboriosas

le cerraba la boca

y de la dulce herida que abría su costado

brotaban rubias mieles.



Un hombre murió,

tenía tantos sueños,

tenía tantos nombres,

tenía tantos rostros.



Lloré,

porque un hombre murió

y comprendí que las campanas

doblaban por mí.




Arte: "Pequeño", Nicoletta Tomas Caravia

2º Premio Poesía “Certamen Literario 2005/2006 de Cuento y Poesía Escritora Viviana Llorens” SADE Delegación Lomas de Zamora, Lomas de Zamora, Bs.As.(2006)


jueves, 27 de marzo de 2008

TODOS LOS HOMBRES QUE AMÉ


TODOS LOS HOMBRES QUE AMÉ

(POEMA JOCOSO SOBRE REALIDADES TRÁGICAS)



Todos los hombres que amé

eran unos reverendos imbéciles.



(No, nena, así no se empieza un poema,

esto suena a Olympe de Gouges

y a mujer decapitada,

porque nada hay más engorroso

que una mujer que tiene cabeza y la usa.

Mejor empezá diciendo:

"Todos los hombres que amé

eran tan diferentes a mí

que se empeñaron en abrirme el estómago de un tajo

para ver qué clase de estopa

rellenaba a la muñequita de ojos grandes

y humor cambiante como un calidoscopio").

Va de nuevo, entonces.

Todos los hombres que amé

eran tan diferentes a mí

que se empeñaron en abrirme el estómago de un tajo

para ver qué clase de estopa

rellenaba a la muñequita de ojos grandes

y humor cambiante como un calidoscopio.

Ninguno reparó en que una muñeca rota

no sirve para jugar con ella.



Uno tenía la manía de lavarse las manos con jabón Espadol

antes de tocarme

y me escribía largas cartas diciéndome

que una mujer es como un chocolatín Jack,

de esos que vienen con sorpresa:

mordisquear lentamente el chocolate es maravilloso,

pero el verdadero tesoro está adentro

(y yo leía esas cartas y me lamentaba

de haber sido devorada siempre de dos mordiscos

como una vulgar hamburguesa de McDonald´s).

Al final,

ni chocolate ni hamburguesa:

el tipo,

además de ser un histérico,

no tenía dientes.



Otro ponía en práctica a menudo la ibérica sentencia

“porque te quiero te aporreo”,

pero también me escribía epístolas eternas

repitiendo la frase “TE AMO”,

setenta veces siete y una más

(y yo leía esos mails y razonaba

con mi corta inteligencia de mujer con cabeza,

pero que no la usa,

que un amor así

no iba a acabarse nunca).

Al final,

el amor se acabó

y yo, con tantas aporreadas,

quedé más tonta de lo que era antes.

Un par de ellos tuvieron la genial idea de morirse

y otro par,

la de decirme que estaba más gorda,

cuando me los volví a cruzar,

después de muchos años.



Uno daría la vida por mí,

aún hoy,

siempre y cuando el sacrificio

no coincidiera con el día y la hora

en los que Boca sale a la cancha.

Otro lloraba en la puerta de mi casa

con un ramo de rosas rojas en la mano

(pero no, a ése no lo amé,

ése me amó a mí;

así de ingratas solemos ser las mujeres).



Todos los hombres que amé me decepcionaron.



Todos, menos uno.



Tócala otra vez, John,

e imaginemos que el mundo

está lleno de tipos piolas.






Arte: "Paper Plane", Young Chun



martes, 25 de marzo de 2008

EMPEZAR A MORIR


EMPEZAR A MORIR 

“De manos de la Muerte acepté el regalo. Creo que sabía qué era y de quién procedía. Al ver el nombre y la dirección, reí y firmé el recibo sin vacilar:” – Joyce Carol Oates, “Blonde”



Creo que fue entonces 

cuando empecé a morir. 

Cuando me dijiste: 

“Te quiero, pero no sé que hacer con vos”, 

y yo me encogí de hombros estúpidamente 

y murmuré sonriendo: 

“Soy una mina jodida”, 

y desvié la mirada para no demorarme en tus ojos, 

para no dolerme en tus ojos, 

porque yo también te quería, 

claro que te quería, 

pero no podía ligarme a tu destino, 

no podía salvarme.

No, no. 

Creo que fue antes. 

Creo que fue cuando esa cosa roja 

me levantó en vilo con una monstruosa ternura 

y yo pensé: 

“Estoy lastimada. Mi infancia está lastimada. 

Y esta hemorragia idiota 

-que nunca pedí, que nunca deseé- 

va a dejarme sin muñecas, 

sin espejitos mágicos, 

sin animales fabulosos.” 



No, no. 

No fue ahí cuando empecé a morir. 

Fue cuando alguien me tomó de la mano 

y me dijo: 

“Vamos a darle un besito a papá, que se fue al cielo”. 

Y yo tuve que besar a un señor blanco y frío 

-frío como una cosa demasiado fría, 

una cosa que quema-

que no era mi papá. 

No era, no era, no era. 

Te juro que no era. 



Tenés cuarenta años y no sabés que querés. 

Estás enferma. 

La vida no es abrir puertas y aparecer en el desierto de Gobi 

o en la Catedral de San Pedro. 

La vida es barrer el patio, 

y planchar camisas, 

y  desviar los ojos para que el amor no los irrite, 

y sangrar, 

y besar, de vez en cuando, 

a señoras y señores blancos y fríos 

que jamás conociste. 



La verdad, 

no sé cuando empecé a morir. 

Pero empecé. 

Y no termino. 



No termino.




Arte: Alexandre Sulimov



domingo, 23 de marzo de 2008

JORNADAS NACIONALES DE NARRATIVA Y POESÍA 2008 - ESPACIO AVON



Jornadas Nacionales de Narrativa y Poesía 2008

Lugar: Lavalle 1749, Ciudad Autónoma de Bs. As. 

Tel: 0810-777-3863 / 4746 8523

Diferentes recorridos para la imaginación. cuentos y poesías leídos por sus propias autoras.

Miércoles y Jueves 26 y 27 de marzo a partir de las 14.30 y hasta las 19 hs.

Invitados especiales

Apertura: Vicente Muleiro (Revista Ñ)
Cierre: María Granata y María Esther Vázquez
 
Entrada libre y gratuita

Programa

Miércoles 26/3

14.30
Apertura: Vicente Muleiro

15 hs. Elvira Hernandorena
Beatriz Isoldi
Mabel Pagano
Adriana Romero Bentos

16 hs. María Alejandra Araya
Silvia Renée Arias
Clara Carrera
Daniela Pasik

17 hs. Poesía
Verónica Médico
Liliana Souza
Amanda Urcola
María Cristina Venturini

18 hs. Alicia Grinbank
Inés Legarreta
Laura Massolo
Mónica Ortelli

19 hs. Malena Cianchetta Sívori
María José Eyras
Mariela Giana
Roxana Ini

Jueves 27/3

15 hs. Silvia de Lourdes Acevedo
Agustina Bazterrica
Laura Palacios
Beatriz M. Guerra de Abbruzzini

16 hs. Sofía Castaño
Andrea Jauregui
Mónica Soave
Mariela Ghenadenik

17 hs. Poesía
Raquel Fernández
Lidia Inés Palacios
Ana María Pedernera
Ana Verónica Suárez

18 hs. Noemí Irma Brown
Marcela Cruzat
Inés Garland
Mireya Keller

19 hs.
Cierre: María Granta y María Esther Vázquez


miércoles, 19 de marzo de 2008

PRÓLOGO DE "OJOS QUE MIRAN AL CIELO"

OJOS QUE MIRAN AL CIELO

Prólogo

Hay lugares a los que siempre deseamos volver, aún cuando nunca hayamos estado allí. Rapa Nui (Isla de Pascua) ha sido para mí uno de esos lugares.
Llegar a la isla implicó un descubrimiento de formas, territorios y presencias; y un redescubrimiento de emociones e inquietudes. Nunca había visitado Rapa Nui, pero mi memoria emotiva negaba esta realidad prosaica.
Rapa Nui es una isla triangular, de origen volcánico, ubicada en el Océano Pacífico sur. Se la considera "el lugar más aislado del mundo". Miles de kilómetros la separan de Chile, país al cual pertenece, y de otras islas polinesias.
El elemento cultural más sobresaliente de Rapa Nui lo constituyen los moai, enormes figuras talladas en piedra que se encuentran esparcidas por toda la isla. Representan a los antepasados más notables de cada tribu, y fueron erigidas en plataformas llamadas ahu. Los moai erigidos en los ahu miran siempre hacia el interior de la isla (con excepción de los moai levantados en el Ahu Akivi, que representan a los primeros exploradores llegados a Rapa Nui por encargo del Ariki Hotu Matu'a, que están frente al mar, con la vista dirigida a su tierra de origen). Estos colosos fueron instalados de tal modo que tuvieran una presencia importante en la vida cotidiana del pueblo rapanui.
La necesidad de cada tribu de demostrar su prestigio a través de estas figuras monolíticas, llevó a las castas que habitaban Rapa Nui a enfrentarse unas con otras, disputándose los recursos naturales de la isla. Durante estas guerras internas, todos los moai instalados en los ahu fueron derribados. Se buscaba de esta manera debilitar al enemigo privándolo del mana o fuerza poderosa que los ojos del moai proyectaban sobre sus descendientes.
Surgió, luego de este conflicto, el culto al Tangata Manu (Hombre Pájaro), que consistía en un ciclo de actividades rituales que culminaban con la elección de un líder que regiría el destino de todos los habitantes de la isla durante un año. Los distintos linajes competían para obtener el primer huevo del Manutara, con la finalidad de acceder al poder.
El culto al Tangata Manu se vinculó a Makemake, dios máximo del orden religioso local, creador del hombre, ya que según las tradiciones isleñas fue este dios quien llevó desde Motu Motiro Hiva (el islote Salas y Gómez) diferentes aves marinas para que hicieran sus nidos en Motu Nui (el islote cercano a Rapa Nui donde debía recogerse el primer huevo de Manutara).
La historia reciente de Rapa Nui está marcada, como la de todos los pueblos autóctonos de América, África y Oceanía, por la llegada del hombre blanco, y es una historia que incluye injusticias, arbitrariedades, asesinatos y robos. Ha sido muy difícil para los isleños sobreponerse a años de abusos, pero por fortuna, en los albores del siglo XXI, Rapa Nui conserva aún la magia de antaño, la huella de los anónimos artistas, y sigue siendo inspiración de hombres y mujeres en su búsqueda esforzada de la belleza.
Sólo resta decir una palabra, y es para el pueblo rapanui: "MAURURU", que significa "gracias" en idioma nativo. Gracias por las formas, los territorios, las presencias, las emociones y las inquietudes. Gracias por abrirme sin reservas las puertas de la maravilla.

RAQUEL FERNÁNDEZ


domingo, 16 de marzo de 2008

CONSUELO



CONSUELO
 
 
  En el espacio atemporal del sueño
 
suelo cruzar las aguas turbias
 
que me separan de un ayer inasible
 
y encuentro a la que fui,
 
niñita agobiada estrenando orfandades,
 
sentada en el pálido umbral de la desesperanza.
 
Ignorante de Edipos y metáforas paternas,
 
la niña mira con grandes ojos fijos
 
como una diminuta hormiga de jardín
 
trepa decidida a su zapato.
 
Me siento a su lado, en silencio,
 
y le tomó la mano.
 
Permanezco así largo rato.
 
Al despertar tengo la certeza
 
de que una mano amiga me sostuvo
 
en mi hora más triste
 
y la vida me parece distinta.
 



Arte: "Edelvives", Benjamin Lacombe 

4º Mención Poesía  “XIV Certamen Nacional De Los Cuatro Vientos Poesía y Narrativa Breve” – Editorial De Los Cuatro Vientos, Ciudad de Bs. As.(2006) 


jueves, 13 de marzo de 2008

miércoles, 5 de marzo de 2008

RAQUEL / SOLEDAD SÁNCHEZ MULAS


RAQUEL

Raquel vuelve del aire de la espera,
de la batalla antigua.
Sus grandes ojos negros
escrutan asombrados
las chispas azuladas
en el borde de un pájaro y un niño.
Raquel tiende las manos
sangrando letras ásperas e inquietas.
El pecho abierto,
el corazón latiendo.
Vadea el río oscuro,
escogiendo las piedras
con el tacto medido
de los dedos desnudos.
Manuel en la otra orilla
enhebrándole el hilo,
tejiéndola a la vida.
Raquel se hace cristal
en cada verso.

SOLEDAD SÁNCHEZ MULAS


Arte:  "Nuture", Amanda Cass

domingo, 2 de marzo de 2008

CANCIÓN DEL PRISIONERO



CANCIÓN DEL PRISIONERO

  “Quizás no hubiera demasiada diferencia entre tú y yo
si mostráramos nuestros sueños”.
John Lennon

  
Mírame,  

desde el oscuro hueco   

donde agoniza inerme mi cordura,  

donde se oxida mi voz en el gemido    

como la carne de una fruta dulce  

herida por los picos voraces de los pájaros, 

donde se pudre mi fe atravesada  

por cruces invertidas  

y se alzan en mi piel desangelada 

las góticas catedrales del terror,  

desde este pozo sórdido manchado  

de heces y de miedo 

reclamo tu mirada.  

   

Mírame,  

yo soy igual a ti: tengo dos ojos  

para beberme el mundo circundante  

y un mismo corazón donde la vida  

estalla en el latido jubiloso,  

detrás de estas cenizas que me cubren,  

de estas ojeras cárdenas, 

de la sangre agazapada y de la herida,  

de la boca reseca,  

detrás de las cadenas que me impones,  

y del libre albedrío que me arrancas,  

yo soy un hombre como tantos,  

yo soy un hombre como todos.

  

Mírame, 

¿en nombre de qué Dios o de qué causa,  

en nombre de qué descabellada idea  

has abrazado la ceguera imperdonable  

y te has privado de la dicha primigenia  

de poder reconocer  

en cada hombre a un hermano?


 

1º Premio Medalla de Plata Poesía – “Certamen Literario Nacional María del Pilar Felizar”Biblioteca pública “Mariano Moreno”, Círculo Literario José Pedroni,San Justo, Santa Fe (2006)