MANDALA
I
La desnudez del aire
y los cuerpos
como estrellas binarias.
Imposible prolongarse en el otro:
nos circundamos,
nos acordonamos,
pero estamos solos
(el sudor es frontera).
II
Un volcán
se estaciona en mi pulso.
Oigo
como nace una rosa.
Soy una extraña criatura doméstica.
La que no cesa de arder
y promete
su poema como huella.
III
Hubo un andamio
entre soles
(el saludo del fuego
a todos los hijos vagabundos,
la mordedura del verano
sacudiendo las redes).
Las abejas volvieron
(espolvoreadas de viento).
Se calzaron
el zapato de cristal del mediodía.
Te toqué
(desde entonces la pólvora).
IV
Ángeles
pulsando
en las aristas de la sangre.
Pupilas que se rompen.
Grietas tibias
en la arcilla de los párpados.
Un cuerpo
que se deshace en la noche.
El traje del hombre amado
recostado en la lluvia.
La barca sosegada me transita.
Me desperté
con todo el mar en las venas.
V
Orbita
el cuerpo celeste.
Entonces la carne se circula.
Es un nudo de luz.
Hombre y mujer rodando.
Intemperie
donde caen los sentidos
mientras la luz apura
su vaso de constelaciones.
Del poemario "Once Upon A Time" (2014)

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