A veces cierro los ojos y te veo
como eras hace tanto.
Erecto como el árbol más hermoso del bosque.
Predicador de manos sabias.
desatándose el sueño,
coronándome el cuerpo con labios y sudor.
A veces me parece que estás detrás del hombre
que me mira y no ve
dónde nacen mis pájaros.
Qué misterios desgrana
como un rosario apócrifo
la rosa de mi ombligo.
Dónde puse mi boca.
Dónde puse mi celo.
A veces sos
esa oruga azul que fumaba
mientras yo tanteaba la maravilla.
A veces cierro los ojos y te veo
como eras hace tanto.
Y los recuerdos son pequeñas espinas
o pequeñas rosas,
duelen y perfuman.
Lloran. Cantan.
Entonces me arrimo a vos,
arrimo mi garganta a vos y nos pregunto
por qué todos mis poemas de amor
se escriben en pasado.
Arte: Laura Makabresku
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