viernes, 23 de diciembre de 2022

PERDIDA


 PERDIDA

 

En algún lugar perdí esa canción.

En algún lugar perdí

tu lomo blanco arqueado sobre mi deseo,

tu piel escalando mi urgencia.

En algún lugar perdí

lo que me hacía desnudarme

como si fuera un sacramento,

con el corazón vacío de todo peso

puesto, sin reservas,

en el altar de tu boca.

 

¿Cuántas veces en mi vida hice el amor?

Cien, quinientas, mil.

Sin embargo

esa noche fue distinta a todas las otras.

Quizás porque la tormenta arreciaba

y podíamos gritar

sin que un oído indiscreto distinguiera

un aullido de hambre

del prefacio de un relámpago.

Quizás porque se terminaba un año,

y habíamos brindado,

y habíamos roto las copas riéndonos,

y nos habíamos prometido el cuerpo.

“Con estos cristales rotos desposo

tu pelo irreverente, tu cintura, tus hombros de gitana.

Con estos cristales rotos desposo

tus pies de madrugada, tu ombligo, tus ojos siempre niños”.

 

En algún lugar perdí esa canción.

Y perdí la noche

en la que la canción se trenzaba con la lluvia,

y nuestros gritos eran relámpagos.

Y los platos sucios podían esperar

hasta que el sol le pintara la cara al mediodía

porque seguía la fiesta.

 

Durante mucho tiempo creí

que la canción era "More than words".

Pero no. No.

 La canción era yo.

La tormenta era yo.

Yo era la medida del deseo.

 

En algún lugar me perdí.

 

Estoy perdida, amor.

Estoy perdida.



Arte: Jovana Rikalo

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