sábado, 30 de julio de 2022

ONCE UPON A TIME ... I


 ONCE UPON A TIME... I

I – CAPERUCITA ROJA


Hay un terror delicioso

coagulado

debajo de la capa roja

que irrita el iris del bosque.

Ella abre la puerta,

borracha de espesor,

y un pájaro de niebla bate las alas

en la garganta prematura,

que se aleja de la infancia,

cantando.



II – BLANCANIEVES


Muerde el pan que amasa en sueños.

Muerde el olor del hombre imaginado

en la humedad  de sus ecos rotos.

Muerde la manzana emponzoñada.

Siete pecados capitales

blandidos en defensa propia.



III – PETER PAN


Una de piratas.

Una de huérfanos que se saben estrellas.

El suicidio de la razón.

La capitulación de la hoja en blanco.



IV – LAS ZAPATILLAS ROJAS


En los repliegues del sexo de la luna.

En el bostezo inacabado del sol.

Danzan.

Nadie las anuncia cuando llegan,

ignorando la generosidad del fuego.

Nadie suspira cuando se van,

puliendo con horror

el filo de un orgasmo deletéreo.



V – CENICIENTA


No hay cenizas empañando

la lengua de la recién arrodillada.

Un zapato tiembla,

vacío de prudencia.



VI – HANSEL Y GRETEL


Los niños extraviados cantan.

Adentro de su canción está la noche,

toda vestida de muerte.

Afuera de su canción está la muerte,

toda vestida de noche.


VII – LA SIRENITA


La memoria de la espuma,

llena de rosas prolijamente dobladas

y ella que muere

de una muerte lejana.



VIII – ALICIA


Un conejo de encías florecidas

brinca dentro-fuera del insomnio.

Inquieto

como un médano que danza

en los dedos del viento,

se desliza por el cuadrante melancólico

de un vestido celeste.



IX – RAPUNZEL


La sed mal saciada descifra

el falso códice de la hembra que espera.

Una tribu de cabellos expectantes

se  trenza en incestuosa batalla

con el oro de la tarde.



X – LA BELLA DURMIENTE


Animales distantes

paridos en el desierto de una pesadilla.

Animales dañados.

Ella sueña que él sueña que ella está soñando.

Párpados cosidos.


 



miércoles, 27 de julio de 2022

MAGIA

 MAGIA


Roald Dahl decía que quien cree en la magia
está destinado a encontrarla.
Yo siempre creí en la magia.
A los seis años,
toda ojos y corazón alborotado,
me tocaba el dobladillo cuando veía un coche amarillo
y escribía con un dedo en la palma de la mano
el nombre del chico que me gustaba,
truco infalible para que tus ojos vean
lo que tu corazón desea.
A los diez,
dispuesta a que se hiciera mi voluntad
así en la tierra como en el cielo,
hacía un nudo en el pañuelo
y amenazaba a Poncio Pilato, cola de gato,
con no desatarlo
si no ganaba Boca,
si no completaba el álbum de figuritas con brillantina,
si no faltaba la maestra.
A los doce,
instalada ya en el desorden
en el que reino todavía,
tiraba las llaves al piso
cuando perdía algo
para que los duendes me ayudaran a encontrarlo.
A los dieciséis,
si el sábado amanecía lluvioso,
dejaba una tijera abierta o dos cuchillos cruzados en la terraza
para cortar con tanta agua
y poder ir a bailar.
Un par de años después,
embadurnadaba con miel las fotos de los novios que me habían abandonado
y escribía los nombres de mis rivales
en papelitos que escondía dentro de mis zapatos:
las pisaba para doblegarlas,
para que no me hicieran sombra.

Ahora,
casi no hay coches amarillos
y los chicos que me gustaban son señores aburridos.
Ya no existen las figuritas con brillantina
y cada día de mi vida,
cuando suena el despertador,
quisiera saltar de la cama para ir a la escuela.
Todavía me fastidia que llueva los sábados,
aunque los planes más excitantes del fin de semana
sean una pizza y una película en Netflix.
Los novios que me abandonaron
vuelven arrepentidos, cada tanto,
y yo, que soy también una señora aburrida,
les digo que estoy casada,
que vuelven treinta años tarde.
Mis antiguas rivales son mis hermanas.

Pero todavía creo en la magia
(y sé que estoy destinada a encontrarla).
Creo en la magia y cruzo los dedos
una y otra vez.
Creo, luego escribo.
Escribo para seguir creyendo.


Arte:  "We Are Women", Kelly Walston

domingo, 24 de julio de 2022

UNA DEL MONTÓN II


UNA DEL MONTÓN II

 

Soy una del montón.

Una mujer más

entre todas las mujeres.

La que repite el gesto de tantas.

De todas.

Una tormenta previsible.

Nubosidad variable,

chaparrones,

pronósticos repetidos.

Y yo buscándome

debajo de tanta lluvia.

Yo hamacándome

en la boca del tedio.

 

Soy una del montón.

Ni una belleza extraordinaria,

ni un talento descollante.

Ni siquiera

un buen corte de pelo.

La morochita que se sentaba

en el último banco.

La morochita de la caja del super.

La morochita que recomendaba 

películas de Almodóvar

Y se ponía colorada

cuando le preguntaban por la Cicciolina

y "Chocolate y bananas".

La morochita.

El espejo donde cualquier mujer puede mirarse

y descubrirse en una mueca,

en una lágrima,

en un suspiro de días tachados.

 

Una del montón.

Una vida del montón.

A los veinte me enamoré por primera vez.

A los treinta dejé de ser yo

para convertirme

en la madre de.

A los cuarenta tuve una crisis.

A los cincuenta, un gato.

 

  

Arte: Images.com/Corbis.


sábado, 23 de julio de 2022

PROMO LANZAMIENTO NUEVA COLECCIÓN DE POESÍA "FRUTOS DE FUEGO" / APÓCRIFA EDITORIAL

Apócrifa Editorial lanza su promo con los primeros títulos de la nueva colección de poesía "Frutos de fuego": "Comienza su secreto" de Alejandro Schmidt, "Latitud cuerpo" de Laura Corazza y "El corazón de mi madre" de Raquel Graciela Fernández.
Tres libros + un buen vino de Osiris Vinos $3500
Compralo a través de Mercadopago con todas los modos de pago:
Hasta el 11 de agosto comprá y retirá la compra en la presentación de la colección que anunciaremos próximamente. 

viernes, 22 de julio de 2022

DINOSAURIOS


 DINOSAURIOS



Buscando algo

-no sé qué-

encontré un papelito que decía:

“No borres mi nombre de tu historia.”

Me sentí la reina de Jurassic Park.

Además de miope,

desmemoriada.

Crují como una muñeca de madera

que se está acomodando

a una nueva versión de la soledad:

versos tachados, algún cablecito en mi cabeza

que no hace contacto

(dinosaurios).


“No borres mi nombre de tu historia.”

¿Quién sos?

¿Cuál es tu nombre?

¿Cuál es mi historia?

¿Nos besamos bajo la lluvia,

en el baño de la escuela,

en la trastienda del supermercado

entre cajones de Coca Cola

y latas de galletitas apiladas?

(¿Te acordás de las latas de galletitas?

Dinosaurios cuadrados de tripas dulces.

Extintas.

Como vos.

Como cualquier cosa que seas vos

además de este papelito).



¿Nos besamos en el Cementerio de la Recoleta

con los pies enredados en un nudo de gatos

y la muerte ahí

tan ordenadita, tan turística?

¿En el parque, ese 20 de enero,

dos semanas antes de que vomitara tu boca

y un puñado de mariposas muertas?

(A los quince años vivía en Macondo,

vomitaba  mariposas,

vivas, muertas,

pero nadie podía, jamás,

sembrarme  luz en el jardín del cuerpo:

una cerca viva

de mamás, tías y abuelas

mantenían a raya el arado del lobo.

Yo flotaba envuelta en tules rojos

y ellas pensaban en dinosaurios).



Por ahí nos besamos en la playa.

En la obra en construcción que había ala vuelta de mi casa.

En el cine.

En el reservado de ese boliche de Quilmes.

En un tren (también besé chicos en los trenes

antes de pegarme esta fobia a los transportes públicos).

Por ahí ni siquiera nos besamos:

yo fui la musa del papelito

y vos ese pesado.

(dinosaurios).



Dinosaurios.

Las galletitas en lata, vos,

Brandon, Dylan, vos,

New Kids On The Block, vos,

Madonna como una virgen, 

el Auto Fantástico.

Dinosaurios todos los que me besaron

bajo la lluvia, en la escuela,

en los cementerios, en los supermercados,

en los trenes, en los parques,

en la playa, en las obras en construcción,

en los boliches, en los cines.

Dinosaurios.

Dinosaurio yo con este papelito en la mano.

Carnotauro sin dientes.

Triceratops en crisis. 



“No borres mi nombre de tu historia.”



Perdoname, corazón,

tendrías que haber firmado el papelito.