martes, 23 de julio de 2019

NOVIOS DE ANTAÑO


NOVIOS DE ANTAÑO



La tarde se iba

y les dejaba puesta la sed.

El sol era una pequeña lentejuela roja

irritando el iris del deseo.



Ellos se tocaban sin tocarse.

Como quien toca un pedazo de mar

(mar ajeno,

mar que vuelve con su olor a no sé qué,

a algas, a sexo viejo,

a pulmones de sal).

La humedad

le medía el espinazo a las caricias.

Los dedos se encogían

como arañas en cierne.



Casi siempre hacía demasiado frío

y ellos no se atrevían a mojarse los pies

en eso que era el otro:

un pedazo de mar.



Algo así como una promesa de agua

que no se cumplió nunca.





 Arte:  Erica Calardo

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