PRIMAVERA
Llega la primavera y dicen
que todos la estaban esperando.
Yo también la esperaba,
descosiéndole las moscas a enero,
envuelta en las arpilleras de abril,
entrechocando los dientes en julio.
Llega la primavera
y dando vueltas en negro
un aquelarre de hormigas invoca
al dios de los brotes tiernos.
Yo también invoco a un pequeño dios
con mis sandalias de musgo y mi ombligo pagano.
Un dios secreto, mío,
al que le bailo y le bailo,
toda volados y rótulas perfumadas,
para que bendiga este calor de luna,
esta casa vacía,
esta desazón de almanaques.
Porque tengo miedo de que la primavera se escurra
entre las arrugas del poema
y no me toque los ojos.
Que el cuerpo no responda
desandado ya de los ciclos rojos
y los fuegos fatuos del deseo
y se pierda
en un desgano de sábanas deshabitadas
y almohadones donde sueñan los gatos.
Bailo, bailo, bailo.
Espero ser la que era,
la madera que se descubre guitarra,
los giros optimistas de la cuerda
de una cajita de música,
el ramito de fresias,
y romper con una sonrisa,
con esa sonrisa que te gustaba tanto,
la vajilla que guardé para tiempos mejores.
la vajilla que guardé para tiempos mejores.
Arte: Aykut Aydoğdu
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