miércoles, 11 de octubre de 2017

PRESENTACIÓN "INTERRUMPIDAS" 2º EDICIÓN POR MARÍA CHAPP

PRESENTACIÓN DE: "INTERRUMPIDAS" DE RAQUEL GRACIELA FERNÁNDEZ       
SEGUNDA EDICIÓN, 2017, ACERCÁNDONOS EDICIONES, 10/ 10/ 17

Es un honor y una enorme responsabilidad participar en la presentación de Interrumpidas. Como dice en la contratapa Damarys González, poeta y artista plástica venezolana es un libro que hiere, duele y sigue doliendo. También alerta, concientiza, repara.
Primeramente me voy a referir a la tapa del libro, el paratexto, qué nos dice? Se aprecia un excelente diseño de la artista plástica Adriana Buján. Sobre un fondo blanco: la pureza adolescente o tal vez las páginas de vida que no pudieron ser escritas por Paulina, Soledad, Juana…y tantas mujeres.
Rojo sangre para la imagen superior con una bella joven que nos mira desde el suplicio. Y mariposas, que en muchas tradiciones espirituales simbolizan el Alma,  buscan el blanco y van más allá de la hoja en su vuelo  a otras dimensiones.
En la parte inferior el nombre de la autora y la palabra Poesía, en blanco sobre negro,  el luto incesante junto a  la luz de la palabra poética. 
El título de la obra
INTE
RRUM
PIDAS
enlaza las historias traumáticas con la alta  sensibilidad de la autora.
En la última página, previo a la contratapa una mariposa nuevamente convoca conciencias y  exije el trabajo del Estado y todos los estamentos sociales, en la visibilización, atención y prevención de la violencia de género, allí se lee:

                               La violencia deja marcas
                               No verlas deja femicidios
  

La imagen plástica de enorme síntesis y belleza acompaña este libro magistral, gigantesco compromiso de Raquel Graciela Fernández.
La poeta va con su ojo avizor a las pofundidades del espanto y realiza un trabajo de transmutación de su propio dolor y del dolor colectivo a través de la poesía.
Se adentra en las historias mujeres silenciadas para siempre a quienes dedica un poema. No es un libro más. Abordarlo, hablar sobre él, participar desde la escucha, propone abrir un espacio de dolor y de conciencia en cada uno.
Me interesa remarcar el proceso creativo que dio lugar a este poemario. Seguramente implicó un dejarse atravesar en cuerpo, mente y alma por estas vidas para  transformarlas en dolorosa belleza.  Conectarse con el propio ser vulnerado, revivir y revisar, elaborar heridas propias, para rozar  el sufrimiento de víctimas y familiares. Ponerle palabras y ofrecerlo a la circulación social, simbólica y energética.  Heroico trabajo que aporta a la posibilidad de elaborar el dolor que tenemos como sociedad.
Temor y Temblor, retomando la expresión de  Kierkegaard, dolor que sigue doliendo, de la mano de una feroz crítica a la cultura patriarcal, que se reproduce en las instituciones, en los grupos, en las pautas de socialización de género  de niños,niñas y jóvenes.
 Patriarcado vigente que desvaloriza la posición de la mujer en la sociedad hasta las más tremendas consecuencias, y  desestima en cada uno, varones y mujeres, lo femenino, lo sensible, lo sutil, la capacidad de cuidado por el otro, el poder ponerse en el lugar del otro.
En el camino que permite la poesía de decir lo que no se puede de otras maneras, la autora lleva a cabo un acto de poder amoroso y sanador para quienes, independientemente de su género se permitan ser tocados por lo revulsivo de estas historias y puedan preguntarse, reconocer  cuál es o fue el lugar de la violencia en sus propias experiencias. Preguntarse cuáles son los valores que guían sus vidas y sus relaciones.
Nos invita al trance de reconocer el dolor, sentirlo. Va mucho más allá de un texto de reivindicación social, es un libro político en el sentido más elevado, una política de lo sagrado que glorifica la vida.
Un arte vivo que reclama no sólo resistir frente a la naturalización de la violencia de género sino frente a todas las formas violencia y  crueldad  que el sistema neoliberal exhacerba.
Propone expandir las conciencias para seguir construyéndonos como seres humanos. Saber que al herir a otro nos herimos a nosotros mismos.
Reclama contactarnos y desarrollar más y más  la empatía, el respeto por lo vulnerable en cada uno y en los demás, reconocer el sufrimiento y el sentir como parte fundamental de nuestro estar en el mundo y exponernos a un proceso alquímico que nos permita integrarnos como personas a la vez que intentamos comprender estos hechos y realizar acciones concretas.
 Procesos que requieren resistir con valentía concientes de qué cualidades ponemos en el mundo.
Raquel Graciela Fernández al escribir y entregar Interrumpidas realizó ese proceso interior,  actuó desde la función sanadora de la poesía, medium y testigo de su tiempo, sacerdotiza de un ritual imprescindible.

                                                 MARIA ESTER CHAPP
                                                  OCTUBRE 2017 


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