PRESENTACIÓN DE: "INTERRUMPIDAS" DE RAQUEL
GRACIELA FERNÁNDEZ
SEGUNDA EDICIÓN, 2017, ACERCÁNDONOS
EDICIONES, 10/ 10/ 17
Es un honor y una enorme responsabilidad
participar en la presentación de Interrumpidas. Como dice en la contratapa
Damarys González, poeta y artista plástica venezolana es un libro que hiere,
duele y sigue doliendo. También alerta, concientiza, repara.
Primeramente me voy a referir a la tapa del
libro, el paratexto, qué nos dice? Se aprecia un excelente diseño de la artista
plástica Adriana Buján. Sobre un fondo blanco: la pureza adolescente o tal vez
las páginas de vida que no pudieron ser escritas por Paulina, Soledad, Juana…y
tantas mujeres.
Rojo sangre para la imagen superior con una
bella joven que nos mira desde el suplicio. Y mariposas, que en muchas
tradiciones espirituales simbolizan el Alma, buscan el blanco y van más allá de la hoja en
su vuelo a otras dimensiones.
En la parte inferior el nombre de la autora
y la palabra Poesía, en blanco sobre negro,
el luto incesante junto a la luz
de la palabra poética.
El título de la obra
INTE
RRUM
PIDAS
enlaza las historias traumáticas con la
alta sensibilidad de la autora.
En la última página, previo a la contratapa
una mariposa nuevamente convoca conciencias y
exije el trabajo del Estado y todos los estamentos sociales, en la
visibilización, atención y prevención de la violencia de género, allí se lee:
La violencia
deja marcas
No verlas deja
femicidios
La imagen plástica de enorme síntesis y
belleza acompaña este libro magistral, gigantesco compromiso de Raquel Graciela
Fernández.
La poeta va con su ojo avizor a las
pofundidades del espanto y realiza un trabajo de transmutación de su propio
dolor y del dolor colectivo a través de la poesía.
Se adentra en las historias mujeres
silenciadas para siempre a quienes dedica un poema. No es un libro más. Abordarlo,
hablar sobre él, participar desde la escucha, propone abrir un espacio de dolor
y de conciencia en cada uno.
Me interesa remarcar el proceso creativo
que dio lugar a este poemario. Seguramente implicó un dejarse atravesar en
cuerpo, mente y alma por estas vidas para
transformarlas en dolorosa belleza.
Conectarse con el propio ser vulnerado, revivir y revisar, elaborar
heridas propias, para rozar el
sufrimiento de víctimas y familiares. Ponerle palabras y ofrecerlo a la
circulación social, simbólica y energética.
Heroico trabajo que aporta a la posibilidad de elaborar el dolor que
tenemos como sociedad.
Temor y Temblor, retomando la expresión
de Kierkegaard, dolor que sigue
doliendo, de la mano de una feroz crítica a la cultura patriarcal, que se
reproduce en las instituciones, en los grupos, en las pautas de socialización
de género de niños,niñas y jóvenes.
Patriarcado vigente que desvaloriza la
posición de la mujer en la sociedad hasta las más tremendas consecuencias, y desestima en cada uno, varones y mujeres, lo
femenino, lo sensible, lo sutil, la capacidad de cuidado por el otro, el poder
ponerse en el lugar del otro.
En el camino que permite la poesía de decir
lo que no se puede de otras maneras, la autora lleva a cabo un acto de poder
amoroso y sanador para quienes, independientemente de su género se permitan ser
tocados por lo revulsivo de estas historias y puedan preguntarse, reconocer cuál es o fue el lugar de la violencia en sus
propias experiencias. Preguntarse cuáles son los valores que guían sus vidas y
sus relaciones.
Nos invita al trance de reconocer el dolor,
sentirlo. Va mucho más allá de un texto de reivindicación social, es un libro
político en el sentido más elevado, una política de lo sagrado que glorifica la
vida.
Un arte vivo que reclama no sólo resistir
frente a la naturalización de la violencia de género sino frente a todas las
formas violencia y crueldad que el sistema neoliberal exhacerba.
Propone expandir las conciencias para
seguir construyéndonos como seres humanos. Saber que al herir a otro nos
herimos a nosotros mismos.
Reclama contactarnos y desarrollar más y
más la empatía, el respeto por lo
vulnerable en cada uno y en los demás, reconocer el sufrimiento y el sentir
como parte fundamental de nuestro estar en el mundo y exponernos a un proceso
alquímico que nos permita integrarnos como personas a la vez que intentamos
comprender estos hechos y realizar acciones concretas.
Procesos
que requieren resistir con valentía concientes de qué cualidades ponemos en el
mundo.
Raquel Graciela Fernández al escribir y
entregar Interrumpidas realizó ese proceso interior, actuó desde la función sanadora de la poesía,
medium y testigo de su tiempo, sacerdotiza de un ritual imprescindible.
MARIA ESTER CHAPP
OCTUBRE 2017
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