viernes, 6 de octubre de 2017

SUCEDE



SUCEDE


El poema sucede en los suburbios

de mi cuerpo.

Asciende por mis piernas,

un caracol que remolca su baba de palabras.

Deja una estela luminosa,

un camino viscoso en el que la noche hunde sus dedos

como los hunde una mujer

en la nuca de su primer amante.

En el torrente mudo del sexo

desamordaza su olor a azucenas feroces.

En el ombligo,

juega con los ecos del agua prenatal,

se aprieta como un clavel intocado por la primavera.

.

El poema come de mí.

Es voraz, es feroz,

es un pichón de cristal que se rompe

en la cresta de mi lengua,

una orgía de astillas

naufragando en el desorden de mi saliva.



El poema le cuelga el no festejo de una taza de té

a mi dulce penumbra de criatura carroliana.

Se suelta el pelo y flota con torpeza.

Busca ser todos los barcos.



La hoja en blanco

deja el sol en la proa

y dice adiós.



Imperfecto

como un  pequeño delfín oxidado

el poema sucede.



Arte:  Aykut Aydoğdu


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