PALABRA DE PRINCESA
“Nadie, sino una verdadera Princesa, podía ser tan sensible.”
Hans Christian Andersen, “La Princesa y el guisante”
“Nadie, sino una verdadera Princesa, podía ser tan sensible.”
Hans Christian Andersen, “La Princesa y el guisante”
Quizás
esa voluntad de herirme,
de azuzarme
la sed y construirte un rostro
menguado
como un
violín de algas
que se
hace sol y se deshace,
menguante
como un
triste hombrecito de Matheson,
también
sea amor.
Quizás
la compulsión de no dejar en paz
ni siquiera
mi ausencia,
ese
insistir y picotearla
con
furor de gaviota,
ese
escribirla con la mano
y
borrarla con el codo,
hasta
enloquecer,
hasta
enloquecerme,
también
sea amor.
Quizás ese
volver y no volver,
ese tenderme
una trampa de misterios
(de
pajaritos de colores volando entre las sábanas,
comiendo
de mi sexo,
subiendo
y bajando
por el
hilo puntual de mi faringe)
sean tu
forma de plantar bandera en mi conciencia,
de
reclamarme tuya,
para
saberme y deshabitarme,
como
una isla al sur de todos los deseos.
(Pero
yo ya no respiro pajaritos, ¿sabés?,
yo me
acomodé la vida
para no
ser el hueco en una cama ajena,
aunque
a veces me confunda
y
sienta un ahogo de plumas
cruzándome
la garganta).
Yo no soy una mujer que duerma en cualquier lado.
Yo no soy una mujer que duerma en cualquier lado.
Yo soy
una Princesa.
Veinte
colchones, veinte edredones y un guisante
y voy a
pasar una noche horrible.
Porque
soy tan sensible y tan delicada.
Porque
cuido un jardín
como hubiera
cuidado a un hijo nuestro.
Porque
escribo poemas
(y el
último poema que te escribo
siempre
es el anteúltimo,
y así
estamos,
tocándonos
con palabras,
despuntando
la histeria del abecedario).
Quizás ese desnudarte de mí en otros ojos,
Quizás ese desnudarte de mí en otros ojos,
ese lavarte
de mí en otra saliva,
también
sea amor.
Seguramente es
amor.
Vas a
seguir buscándome
en todas
las mujeres
y no
vas a encontrarme nunca
(Y esto
no es una maldición, querido,
es una bendición;
la
maldición somos las Princesas,
los
veinte colchones,
los
veinte edredones,
y el
guisante.
Y los
hermanos Grimm, Perrault, y el viejo
Andersen,
Dios los tenga en la gloria).
Arte: “Theatre poster, 2010”, KristinaSwarner
2º Premio Poesía 27º Certamen de Poesía y Prosa Concurso Casa de la Cultura Ami Díaz, Jovita, Córdoba (2015)
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