DAIANA
“Danzando vas en la
belleza
que fluye de esa dicha
leve,
oh niña que no ves
moverse
las alas de una rosa
negra.”
Julio Cortázar
En diástoles y sístoles
de pulido fuego
ella,
pequeño espasmo de azúcar y claveles,
gasta su condición de cielo.
Los últimos jadeos de marzo
la sorprenden
cayendo en los gestos
de un vicario negro.
Entonces las golondrinas que se van
se van en su nombre
y ella cierra las puertas del verano.
Sus diecinueve años cortados de raíz se
desentienden
de las urgencias obstinadas del cuerpo.
Suelta la voz, la boca,
el hervor de los amores
nuevos,
los hijos que nunca fueron de este mundo.
Se desnombra.
(Pero nosotros la seguimos nombrando,
y la muerte se pierde
en un
metálico laberinto de saliva,
la muerte se atraganta con sus escarabajos
y sus bolsas negras,
porque hay cosas que se pudren entre el
cielo y la tierra,
hay monstruos que se pudren
en sus cajas de abismo,
pero su risa no,
su risa nunca).
Daiana García salió
de su casa en Paternal el 14 de marzo del 2015, alrededor de las 18 horas, para
dirigirse a Cabrera y Av. Dorrego, en el barrio de Chacarita, a una entrevista
de trabajo y desde entonces no se supo nada más de ella. Su cadáver fue hallado
dos días después en Lavallol, embolsado y con signos de asfixia. Juan Fígola, el responsable de su
muerte, se suicidó el 15 de marzo arrojándose a las vías del tren. Daiana tenía 19 años.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario