PRESENTACIÓN "INTERRUMPIDAS"
19 DE SETIEMBRE DE 2014
CICLO "POEMAS EN LA LENGUA"
Al leer el libro de Raquel Fernández es inevitable que un escalofrío no transite por mi cuerpo, pero a la vez, festejo que sea así porque no cualquier poesía logra transmitir tanto. En sus poemas se leen, cuerpos destrozados, mujeres interrumpidas, sonrisas que dejaron de existir, familias que recuerdan y lloran la ausencia.
“ No hay nada más blanco que una chica muerta”
“Hay unos hijos solos/ Unos hijos que se acuestan cada noche/ con el crepúsculo de una madre muerta”
“ No hay nada más blanco que una chica muerta”
“Hay unos hijos solos/ Unos hijos que se acuestan cada noche/ con el crepúsculo de una madre muerta”
La poeta nos muestra una cruda realidad de mujeres asesinadas, poniéndole de título a cada poema, el nombre de cada una de ellas, lo hace con un prolijo orden cronológico de cómo sucedieron los hechos, siempre con una delicada escritura.
“La mujer levita
amortajada con un camisón celeste”
“No se si mañana alguien encontrará mi nombre
reptando en la basura”
Su poética es fuerte, visceral, llena de imágenes y sensaciones. En sus poemas hace un homenaje a cada una de las mujeres (distintas edades y clases sociales) que sufrieron violaciones y maltrato por parte de un hombre o de varios. Cito dos versos de ella:
“La noche es una mujer quebrada” /“Sentada en el esqueleto de la niebla”
En sus versos se respira “justicia” aunque no alcanza para sanar ni tapar el dolor que sienten los familiares de las víctimas. Ella en la voz de todas.
Me parece muy acertado y significativo el título, porque fueron “interrumpidas” en su andar, en sus latidos, en la flor de la adolescencia, en pleno crecimiento y unas sombras negras les quitaron sus vidas con sucios golpes, miradas perversas y secretos dolorosos. Las crucificaron a muerte como también lo ilustra la tapa del libro.
Cito algunos versos que reflejan esto:
“En esas noches yo aprendí a morirme. /De a poco. De a mucho”
“La Muerte canta / Canta con una daga de infancia hincada en la memoria”
Me parecieron emocionante y tremendos los versos que leí en este libro, pero tan necesarios de ser leídos por muchas y muchos, ya que son poemas vivos, feroces.
“En esas noches
ardidos animales de saliva
mordían mis contornos.
Yo habría los ojos como si fueran jaulas
abría las piernas como si fueran plazas”
Yo habría los ojos como si fueran jaulas
abría las piernas como si fueran plazas”
“El invierno se tejió
con una manta de agua
Agua viciada de grito”
Raquel utiliza antes de desarrollar cada poema, unos versos, a modo de epígrafe de otras poetas que le gustan como Olga Orozco, Alejandra Pizarnik, Idea Vilariño, y que sienten que son significativos para cada poema. Esto nos remite a que sus lecturas son amplias y permiten relaciones con otras poesías.
Los poemas de Raquel, como decía Jorge Luis Borges, son “mujeres que duelen en todo el cuerpo”. Felicito a la autora por lo escrito y tiene muy merecida la edición de este libro porque es una talentosa poeta. Disfrute y recomiendo la lectura de este libro.
IVANA SZAC, POETA, DOCENTE, COORDINADORA DE CICLOS LITERARIOS Y TALLERES DE POESÍA
IVANA SZAC, POETA, DOCENTE, COORDINADORA DE CICLOS LITERARIOS Y TALLERES DE POESÍA
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