AYLAN
Hay un niño muerto en la playa,
un caracolito oscuro
boca abajo en la espuma.
Mil vueltas de yodo y de pena,
mil vueltas de pulmones rotos
en su caparazón hecho de miedo.
Lo recojo con el mismo celo
con el que toqué por primera vez
al hijo recién parido.
Cuando lo acerco a mi oído
no espero escuchar el rugido del
mar.
Espero escucharnos a todos
llorando.
QUé buen uso del gerundio, maestra! Qué tristeza nuestro mundo!
ResponderBorrarGracias!!!!!!
BorrarQuien no daría una brizna de oxígeno hoy... quien no le restaría un poco de agua y sal de los pulmones quien... ¡Los malditos gobiernos y sus secuaces... los guerrilleros del hambre los terroristas humanos, los esclavistas del siglo XXI! Ellos son los carroñeros del horror y de la miseria, la utopía de querer caminar por el agua con tiburones... ¿quien? Aylan hoy no te pondría un útero cálido y nuevo, sin miserias ni religión... Gracias Raquel
ResponderBorrarGracias a vos, querida Carmen, siempre conmoviéndome con tus palabras!
BorrarTe entiendo. Este niño ahí, en la arena, muerto, mojadito, ...tan pequeño...Es horrible.
ResponderBorrarMe envió a tu blog Elisa Alcantar.
Saludos
Es terrible, Clara, nos avergüenza a todos, y nos duele enormemente!
BorrarElisa es una gran amiga y exquisita poeta. Bienvenida!