SOBRE
“3… NÚMERO DIVINO” DE SUSANA RODRIGUES TUEGOLS
Dice Sissi Varga en el prólogo
de la novela “3… Número Divino”: “Hay un
momento de la vida en que hay que empezar a acomodar los recuerdos”. De
cara a ese momento, Susana Rodrigues Tuegols, autora de la novela en
cuestión, se embarca en una enorme tarea
estética y emocional que implica, no sólo acomodar sus recuerdos (muy
especialmente aquellos relacionados con la pubertad y la adolescencia, tan
significativos en el universo femenino), sino, además, convertirlos en una obra
que, si bien pertenece al mundo de la ficción, no deja de incluir en sus
pasajes más ricos pinceladas autobiográficas. Es Rosa quien nos habla desde las páginas de “3… Número Divino”, quien nos transmite sus inquietudes, sus
alegrías, sus decepciones, su percepción sobre el amor y la amistad, pero
también es Susana quien lo hace. Autora y personaje comparten una mirada limpia
y apasionada del mundo y van diagramando un relato íntimo, emotivo, donde,
debajo los típicos conflictos adolescentes, subyacen otros conflictos que van
tomando cuerpo a lo largo de la novela y desembocan en un desenlace inesperado
que resignifica todos los pasajes de la historia.
Susana Rodrigues Tuegols logra
en “3… Número Divino” personajes
reales, muchachitas con las que cualquiera de nosotras puede identificarse
desde su memoria emotiva y reconstruye prolijamente pautas, circunstancias, formas de
relacionarse entre pares y con los adultos,
posturas frente al despunte del amor y del goce sensual, típicas de los
adolescentes de la década del ’60. Para quienes transitaron su pubertad en esos
años, la novela significará una conmovedora revisitación a ese momento mágico.
Para quienes no, un atractivo muestrario de códigos y costumbres de una época
que muchos hubiéramos deseado vivir.
Con música de The Beatles, Millie
Small, Richard Anthony, y
atravesada por el espíritu festivo de los años ’60, pero también por sus prejuicios
frente a la sexualidad, “3… Número
Divino” nos regala la visión de una mujer madura acerca de un momento
crucial de la vida: el momento en el que
las puertas de la niñez se cierran y se abren otras puertas detrás de las
cuales el amor, la amistad, los sueños y los dolores nos dan la agridulce
bienvenida al mundo de los adultos.
Raquel Graciela Fernández
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