SERÁ
PORQUE NO SABEMOS CÓMO SE LLAMAN
Cecil está muerto.
Cecil era un león.
El más bello de Zimbabwe , dicen.
El mundo se indignó, por supuesto.
¿A quién no lo indigna que asesinen a un león?
Algunos lloramos un poco.
Otros alzaron sus voces pidiendo justicia,
firmaron solicitadas,
armaron una página en su memoria en Wikipedia,
maldijeron a la humanidad.
Denunciaron.
Hay unos niñitos que también están muertos.
Ahogados.
Seguramente eran, para sus madres, los más bellos de Siria,
de Bangladesh
o de Nigeria.
Seguramente también lo serían para nosotros
si los hubiésemos visto sonriendo
y no empapados de horror,
los vientres hinchados como lunas tristes,
las gargantas atravesadas por arteros huesos de sal
que se quedaron
con la última palabra.
Pero no hay ni indignación, ni llanto,
ni maldiciones, ni solicitadas,
ni denuncias.
Ni siquiera una página en Wikipedia recordando
a la nena del vestido a lunares,
al nene de la remerita roja,
al morochito que todavía usaba pañales.
Será porque no son leones:
son nidos de carencia y esperanza
donde ya empiezan a erigirse los gusanos.
Será porque no sabemos cómo se llaman.
Nueva tragedia en el Mediterráneo: centenares de refugiados ahogados en la costa libia
Poema publicado en la revista SOTT.NET
No interesa difundir tanta tragedia.Los medios están al servicio del mercado y la muerte de niños no vende.
ResponderBorrarPero no estoy de acuerdo en que no la sintamos millones de personas asombradas por tanta violencia y tanta estupidez humana.Las sentimos y mucho,lo cual no quita -o así lo veo yo- para que también sintamos la muerte por diversión de un león.Todo es vida y toda muerte provocada es deleznable.
Un abrazo
El poema no apunta a que no sintamos la tragedia de estos seres humanos: apunta a que no nos enteramos. Alguien digita nuestra agenda. El problema no es el león: el problema es que fuimos bombardeados mediáticamente con noticias referentes a la muerte del león y estos chiquitos apenas fueron una nota a pie de página. Yo lloré por el león. La caza por deporte me parece una aberración. A mí me encantan los animales. Pero yo no soy una defensora de los animales a lo Bardot, que detesta a los seres humanos y defiende a ultranza a los animales. Noto que esa postura de desentenderse de la humanidad y priorizar a los animales está ganando cada vez más adeptos. Poco tiempo después de que asesinaran a Cecil, un león mató a un guía en el mismo parque de Zimbabwe. A mí me asqueó leer gente festejándolo. Lo mismó cuando una loca que tenía 50 perros mató a una vecina, madre de un pibe de la edad de mi hijo. Yo estaba angustiadísima por el chico, que sólo tenía a su mamá, porque papá no tenía, y la mayoría de las personas estaban preocupadas por los perros. No lo entiendo. Empatizar más con los animales que con las personas no es normal.
BorrarUn abrazo, Joaquín, y que pases un lindo domingo.
dolor e impotencia
ResponderBorrarabrazos Raquel
Un dolor infinito, Elisa querida! Abrazo!
Borrar...o será porque tenemos el corazón de hielo?...
ResponderBorrarAcabo de recibir un comentario en mi blog que me invita a visitar el tuyo. Me dicen que tu poema dialoga con el mío... Y así es, creo que se complemantan. Por desgracia. (no puedo seguir)
Mi abrazo larguísimo. Hasta pronto
Bienvenida, María Socorro! Cuánto horror y cuánta indiferencia, ¿no?
BorrarTu blog es estupendo.
Abrazo apretado desde Buenos Aires.
Coincido con varios comentarios. Dolor e impotencia. Sabiendo que uno desde estas orillas no puede hacer nada. Los que si pueden deberían hacer algo ya. Atacar de fondo el problema. No cuando los tienen en las puertas de Europa. Juntar a todos los presidentes de los países africanos para que haga obras. Escuelas, hospitales, obras de infraestructura. Darles trabajo, salud y educación para que no se vean obligados a dejar sus países. Sumado al hecho que las grandes empresas multinacionales terminen con el saque que hacen en ese continente. A la vez que les dieran dinero para paliar todos los daños sociales o medioambientales que provocaron. No se, es lo que me parece a mi.
ResponderBorrarYo coincido plenamente con el tuyo, Gustavo. Gracias por pasar y dejar tu impresión. Un abrazo.
BorrarCoincido con Guastavo. Ya deberian reunirse todos los dirigentes y atacar el problema en sus raices. A ver si estas imagenes los despierta de una vez por todas.
ResponderBorrarUn abrazo.
Ojalá, Josefa, pero vivimos en un mundo tan indiferente! Dolor infinito.
BorrarMe uno a tu indignación.
ResponderBorrarMe duele cuando le pasa a los adultos, pero los niños es mucho peor.
Un placer encontrarte.
Saludos
Los niños deberían ser intocables. Hay que proteger a los niños antes de que el dolor los toque. La muerte de un niño, y, más aún, en estas condiciones, es la muerte de toda la humanidad.
BorrarUn abrazo!