OBJETOS
PERDIDOS
Los zapatitos que mamá me compró aquel día,
el día
que papá murió.
Eran
para ir a una fiesta.
La
fiesta a la que no fui nunca.
la
intemperie gloriosa del verano,
el beso
del agua.
Un
tiburón imaginado y tantas risas.
La
vieja Hitachi color
que nos
dejó indiferentes ante el Mundial ‘78
pero
será, para siempre,
el
escenario donde Queen tocó en 1981.
Y esa canción que no me acuerdo cómo se llamaba.
El
paraguas que me olvidé en la escuela.
Algunas
lluvias.
Algunos
soles.
Algunas
muñecas que sangraron
cuando
yo empecé a sangrar
y se
fueron desvaneciendo
a
medida que el deseo
me
regalaba un cuerpo.
Los
poemas de Julia Prilutzky Farny,
las
recetas de Blanca Cotta.
Las
palomas, las galeras, los magos.
La
carpa remendada que me convenció
de que
no hay nada más triste en la vida
que un
circo pobre bajo la lluvia.
Los zapatitos que estrené aquel día,
el día
que te conocí.
Creo
que los abandoné en un portal cualquiera
para
que no me obligaran a salir a buscarte.
Tus ojos.
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