PRESENTACIÓN "RETROSPECTIVA"
1º DE SETIEMBRE DE 2012
TEATRO LUZ Y FUERZA
Imagino que un artista plástico, cuando se plantea hacer
una retrospectiva, se detiene a pensar y ver qué cuadros representan cada
tiempo, cada momento en su creación. Se dice que el artista tiene una
sensibilidad distinta, más profunda, un vislumbre de las cosas
invisibles. Mónica lleva muy bien puesto el nombre de artista. Como un acto
inconciente ella supo qué cuadros tenían que formar parte de esta exposición.
Mas allá de los títulos, que son sugerentes, cada obra en su decir nos habla de la experiencia, de lo vivido. En las palabras de Mónica, que nos comparte en el catálogo, se transparenta ese hilo conductor que va haciendo la unidad en esta Retrospectiva.
La obra se va descubriendo por sí sola. Cuando uno va recorriendo el camino que la artista nos propone, se puede tocar la urgencia del lienzo en blanco que necesita ser poblado de palabras y silencios, en sus colores, se puede traspasar y acariciar el sonido de esa “serenidad” primogénita; se puede alcanzar y abrazar “el sueño”. El color sigue avanzando, con fuerza, con desvelo.
Aquí me detengo un momento, Mónica se hace una con la obra. La obra va creciendo en intensidad. La presencia de la imagen y el color se van haciendo cada vez más fuertes. Uno puede percibir en cada cuadro, cada movimiento del color, como el viento, a veces calmo, otras veces huracanado. Esa intensidad toca y traspasa. Como todo artista que lleva puesto bien ese nombre, Mónica define en su obra la vida misma.
Llegando al final, ella nos lleva allá abajo, a la hondura, adonde uno se descubre tal cual es. Casi siempre se necesita de un “paisaje solitario” para llegar a ese descubrimiento. Desde allí, estos “Dos tiempos”, caminando hoy en la esperanza, en la esperanza del lienzo en blanco que ya no pide a gritos ser poblado de colores, simplemente espera en una serenidad nueva el canto de un lenguaje nuevo que acontece en este presente.
Mas allá de los títulos, que son sugerentes, cada obra en su decir nos habla de la experiencia, de lo vivido. En las palabras de Mónica, que nos comparte en el catálogo, se transparenta ese hilo conductor que va haciendo la unidad en esta Retrospectiva.
La obra se va descubriendo por sí sola. Cuando uno va recorriendo el camino que la artista nos propone, se puede tocar la urgencia del lienzo en blanco que necesita ser poblado de palabras y silencios, en sus colores, se puede traspasar y acariciar el sonido de esa “serenidad” primogénita; se puede alcanzar y abrazar “el sueño”. El color sigue avanzando, con fuerza, con desvelo.
Aquí me detengo un momento, Mónica se hace una con la obra. La obra va creciendo en intensidad. La presencia de la imagen y el color se van haciendo cada vez más fuertes. Uno puede percibir en cada cuadro, cada movimiento del color, como el viento, a veces calmo, otras veces huracanado. Esa intensidad toca y traspasa. Como todo artista que lleva puesto bien ese nombre, Mónica define en su obra la vida misma.
Llegando al final, ella nos lleva allá abajo, a la hondura, adonde uno se descubre tal cual es. Casi siempre se necesita de un “paisaje solitario” para llegar a ese descubrimiento. Desde allí, estos “Dos tiempos”, caminando hoy en la esperanza, en la esperanza del lienzo en blanco que ya no pide a gritos ser poblado de colores, simplemente espera en una serenidad nueva el canto de un lenguaje nuevo que acontece en este presente.
CLAUDIA VÁZQUEZ, POETA Y COFUNDADORA DEL CENTRO CULTURAL ALEJANDRA PIZARNIK
En lo profundo y en medio de impresiones,
aparece la serenidad que trae el sueño. Allí, en el ulelem, el desgarro
rodeado de textura y color, descubre la manipulación. De pronto la poesía
instrumentada por las sombras abre un camino, una geografía
imaginaria, un paisaje, y el vacío parece desvanecer. La búsqueda en
medio de los soplos de dolor provoca movimientos en el alma que me
llevan a la reflexión y me muestran nuevos caminos, y ese paisaje
solitario genera dos tiempos, el pasado y el futuro en mi vida. El
presente es el AQUÍ Y AHORA.
MÓNICA PORTO, ARTISTA PLÁSTICA Y COFUNDADORA DEL CENTRO CULTURAL ALEJANDRA PIZARNIK
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