No busque en mis garras
un imaginario
aullido
un revolcón
siniestro
un morder por
gusto
un desnudo abrazo
Porque
donde acaba su rojo empieza mi disgusto
donde empieza su caperuza, termina su Alicia
donde quiebran sus muslos
sus labios gritan: ¡besa!
Mi pastel mordido por su boca,
la hace grande porque siempre fue gigante
como su hambre, su corazón y su
escritura.
El bosque de su niña es mi espesura,
mi fiereza, un borde afilado de locura,
la muerte, un fin que me alimenta,
el fundir de su sexo, regalo a mis
papilas,
permitiendo relamer su versos
para beber de sus senos inmaduros,
y así llegando usted hacerme vero
al hundir suave su cesta en mi ternura.
JESÚS DE LA VEGA
Arte: Nathaniel Milljour
Mi Señora,
ResponderBorrar¡Que bien duele, ser cicatriz en su rosa!
Mi texto, era merecido halago a la poeta Raquel, como inspiración constante, y fue comentario versado a su poema: "Caperucita Roja, con lobo y sin abuela" y todo eso, allá por el 29 de Octubre del 2009.
Terminaba mis versos diciendo;
Suyo y emboscado quedo, Z+-----
Besos
Amo su poema!
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