domingo, 1 de febrero de 2009

VIENTO


VIENTO

“...la vida rompe religiones
y es esta isla en que habitó el Dios Viento
la única iglesia viva y verdadera...”
Pablo Neruda


El Dios de Rapa Nui no se alimenta
de néctar y ambrosía,
ni de plegarias ni promesas vacuas,
ni siquiera de melancólicos terrores.
Aquí,
donde cada instante se abraza ineludible
a siglos de cifrados acertijos,
donde la oralidad banal fue derrotada
por el rugido irascible del Silencio,
donde el instinto relegó la urgencia
a la hora crepitante de la cópula
y la vida transcurre con la cadencia suave
del flujo y el reflujo del océano,
es la noche quien exhibe los estigmas de la cruz
y es el día quien entona las bienaventuranzas.
Y el Dios de Rapa Nui,
el Señor Viento,
se alimenta con su boca intangible
de cabezas desmesuradas,
narices impertinentes,
amenazantes mandíbulas de piedra.


Fotografía: Playa Anakena, Rapa Nui  

Del poemario "Ojos que miran al cielo", Ediciones Amaru, 2007



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