VIENTO
“...la
vida rompe religiones
y es
esta isla en que habitó el Dios Viento
la
única iglesia viva y verdadera...”
Pablo
Neruda
El Dios
de Rapa Nui no se alimenta
de
néctar y ambrosía,
ni de
plegarias ni promesas vacuas,
ni
siquiera de melancólicos terrores.
Aquí,
donde
cada instante se abraza ineludible
a
siglos de cifrados acertijos,
donde
la oralidad banal fue derrotada
por el
rugido irascible del Silencio,
donde
el instinto relegó la urgencia
a la
hora crepitante de la cópula
y la
vida transcurre con la cadencia suave
del
flujo y el reflujo del océano,
es la
noche quien exhibe los estigmas de la cruz
y es el
día quien entona las bienaventuranzas.
Y el
Dios de Rapa Nui,
el
Señor Viento,
se
alimenta con su boca intangible
de
cabezas desmesuradas,
narices
impertinentes,
amenazantes
mandíbulas de piedra.
Fotografía: Playa Anakena, Rapa Nui
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