Querido mío, se acabaron los cuentos.
Ahora me toca callar
y desvestirme.
Desdoblar este sexo que guardé prolijamente
en el cajón de la fábula
y ajustarlo prolijamente entre mis piernas.
Colgarme un par de pechos sublevados
y desafilar mi lengua.
Se acabaron las alfombras mágicas
y los ifrits
embotellados junto a mi deseo.
Se acabaron los cuentos, te digo.
Se vino el silencio.
El silencio.
Acomodo la vajilla sobre la mesa
de la noche mil dos
y no necesito ni una sola palabra para decir
Arte: "Scheherazade", Louis Icart
Del poemario "Once Upon A Time" (2014)

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