“Como una niña de tiza rosada en un muro muy viejo súbitamente borrada por la lluvia”.
Alejandra Pizarnik
Súbitamente,
como la niña de tiza rosada,
fui borrada del muro.
La lluvia empapó mis ojos
y la dulce impertinencia de mi cuerpo
se deshizo en lágrimas.
No comprendí la intrascendencia de los gestos,
la levedad de las palabras,
y me aferré al muro con mis manecitas de tiza rosada,
pero todo fue en vano.
Había llegado la hora de ser borrada,
como una palabra vergonzosa,
como un cálculo errado.
Un muro muy viejo
y una niña de tiza rosada.
Y la lluvia.
Y nada más, ahora que recogí mi risa y mis caprichos,
mi olor concreto e inasible,
mis jadeos sublimes,
y decidí arrojarlos a la lluvia
para que también los borre.
Ahora que sé que los muros no abrazan,
que las niñitas de tiza se borran fácilmente,
que el amor es una ceremonia inútil
que no redime, ni salva, ni exorciza.
Ahora que sé que me espera el no ser,
el no subsistir siquiera
en el ropaje vetusto del recuerdo.
Ahora que lo sé
y que no me importa.
para que también los borre.
Ahora que sé que los muros no abrazan,
que las niñitas de tiza se borran fácilmente,
que el amor es una ceremonia inútil
que no redime, ni salva, ni exorciza.
Ahora que sé que me espera el no ser,
el no subsistir siquiera
en el ropaje vetusto del recuerdo.
Ahora que lo sé
y que no me importa.
Arte: Nicoletta Ceccoli
Del poemario "Once Upon A Time" (2014)

No hay comentarios.:
Publicar un comentario