miércoles, 31 de agosto de 2022

LA HIJA DEL DOCTOR

 

LA HIJA DEL DOCTOR
A María Eugenia Romano

Hizo un bollito con mis poemas
y lo tiró al tacho de basura,
junto a la yerba usada
y las colillas.
Hizo un bollito con mis insignificantes tragedias
y las dos nos mojamos
como si fuéramos los ojos que pelan una cebolla,
como si fuéramos esa cebolla
y las palabras nos cortaran.

Me dijo que nadie nos contó
como vino la mano,
que nadie nos enseñó,
que nos criaron para la mesa de Navidad
con champagne más o menos
de la clase media,
que nos educaron así,
cieguitas mas alla del ombligo,
quejándonos porque hay que vacunar a los gatos
y son muchos,
quejándonos porque siempre hacemos el amor en una cama
(quejándonos de una cama, ¿entendés?, de una cama,
como si no fuera un privilegio
dormir más de tres horas sin que te pateen el hígado y la mochila,
circulá, movete, no empañes la vereda ).

Hizo un bollito con la familia,
con  Papá Oso , con  Mamá Osa ,
con mi estúpida cara de  Ricitos de Oro  antediluviana,
con mis gatos, mi cama,
mi mermelada light,
mis vestidos floreados.
Me dijo que los locos estaban solos,
que confiaba en las arañas,
que había que sangrar.

Me dijo que la poesía era otra cosa.



Arte: Gaviota G

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