SOBRE "HOSPITAL PEDIÁTRICO" DE MARINA CAVALLETTI
Si tuviera que
elegir un adjetivo para ilustrar el poemario de Marina Cavalletti, “Hospital
pediátrico” sería luminoso. Cada
poema del libro irradia luz propia, pero el conjunto decanta en una claridad
que nos enceguece, nos conmueve y nos hace partícipes de la experiencia de la
autora, de su infancia marcada por el hospital y sus pasillos interminables, de
su baile tan distinto y tan parecido al nuestro.
Esta obra de Marina Cavalletti es un libro de poesía exquisito pero es también una carta de amor a las infancias hospitalizadas. Una mano extendida a quienes transitan un universo blanco y aséptico donde los días se eternizan y las noches supuran desamparo. Una mano extendida, también, a quienes acompañan a esas infancias. Pero es preciso remarcar que este poemario no se agota en la biografía de la niñez hospitalizada, sino que trasciende la anécdota y se expresa con toda la riqueza de la buena poesía, esa que prescinde de las florituras ociosas y acierta en el decir, da en el blanco como una flecha de luz que atraviesa nuestra humanidad, es siempre atinada.
“Hospital pediátrico” es un libro atravesado por el dolor, pero marcado por la esperanza. Relata desde la imagen y la metáfora acertadas, el pequeño y enorme vía crucis de un cuerpo, su itinerario de pasión y su resurrección gozosa. Porque nadie se opera para no brillar. Y el brillo de Marina Cavalletti, ese brillo que afila en cada uno de sus poemas, en sus palabras dichas y en sus sugerentes silencios, hacen de este libro una referencia imprescindible de la poesía actual. Y hacen de la vida de Marina un canto que nos envuelve, nos maravilla y nos interpela. Porque su música excede al poema. Y porque su música también es la nuestra.
Esta obra de Marina Cavalletti es un libro de poesía exquisito pero es también una carta de amor a las infancias hospitalizadas. Una mano extendida a quienes transitan un universo blanco y aséptico donde los días se eternizan y las noches supuran desamparo. Una mano extendida, también, a quienes acompañan a esas infancias. Pero es preciso remarcar que este poemario no se agota en la biografía de la niñez hospitalizada, sino que trasciende la anécdota y se expresa con toda la riqueza de la buena poesía, esa que prescinde de las florituras ociosas y acierta en el decir, da en el blanco como una flecha de luz que atraviesa nuestra humanidad, es siempre atinada.
“Hospital pediátrico” es un libro atravesado por el dolor, pero marcado por la esperanza. Relata desde la imagen y la metáfora acertadas, el pequeño y enorme vía crucis de un cuerpo, su itinerario de pasión y su resurrección gozosa. Porque nadie se opera para no brillar. Y el brillo de Marina Cavalletti, ese brillo que afila en cada uno de sus poemas, en sus palabras dichas y en sus sugerentes silencios, hacen de este libro una referencia imprescindible de la poesía actual. Y hacen de la vida de Marina un canto que nos envuelve, nos maravilla y nos interpela. Porque su música excede al poema. Y porque su música también es la nuestra.
Raquel G. Fernández
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