domingo, 14 de abril de 2019

EMA



EMA

Me gusta llamar a las personas por su nombre
y por eso le pregunté el suyo.
Ema, me respondió en un hilo de voz,
sin levantar su mirada oblicua
de la caja registradora.
Ema, repetí,
sabiendo que ese nombre apenas le pertenecía,
como apenas le pertenecen sus veinte años
gastados de lunes a lunes entre paquetes de jabón en polvo,
frascos de aceitunas
y señoras que se quejan cuando los caramelos
compensan la falta de monedas para el vuelto.
Lindo, murmuré,
sabiendo que ese nombre era apenas una aspirina impotente
frente al dolor del desarraigo.

A veces me pregunto cómo se llamará Ema en realidad.
¿Jia Ying? ¿Lian Li?
(A veces me pregunto
si entiende lo que dicen las señoras que se quejan
porque los chinos nos roban el trabajo).

A veces me pregunto cuándo descansa Ema.
Cuándo sonríe.


Arte: Li Wentao


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