MATRIMONIO II
Te miro
desmalezar el jardín
y me
pregunto
dónde
está el hombre del que me enamoré.
El del
abrigo color camel
y la
botella de vino
que
jamás se me subía a la cabeza.
El que
me escuchaba
y no
cabeceaba sobre los platos sucios
mientras
yo leía en voz alta
poemas
de Bukowski
o Marge Piercy.
Tampoco
yo soy la mujer de la que te enamoraste.
Ya no
soy hermosa.
Ni
siquiera soy feliz.
Mr.
Dumb y Rocket Boy se amenazan
como dos
matoncitos de escuela.
En
cualquier momento se van a las manos
y hasta
la vista, baby,
sin dar
siquiera tiempo a los Testigos de Jehová
de
celebrar su tan promocionado Armagedón
(se los dijimos:
deberían
haber leído los folletos
que
dejamos en sus buzones durante años
antes
de tirarlos a la basura).
Ese sí
que es un problema.
Que dos
personas que no se aman
duerman
juntas
es,
apenas,
un
accidente doméstico.
Arte: "Man offering engagement ring to girlfriend", Robert Dale
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