COMO EN
UN CUENTO DE HADAS
Como en
un cuento de hadas
un
anillito en el dedo bastó
para desvanecerme.
Desaparecí
de los estrados,
de los
púlpitos,
de los
laboratorios,
de las
academias de arte.
Desaparecí
de los libros de historia.
Como en
un cuento de hadas
un
anillito en el dedo me embrujó
y me
encerró entre cuatro paredes
de pan
y manteca.
Oscilé durante
siglos
entre
el beso y el sueño
como un
péndulo de hastío.
Nunca
pude decir que no.
Nunca
pude abrir la puerta
para ir
a jugar con el mundo.
Como en
un cuento de hadas,
me dijo
el que
me puso el anillito en el dedo.
Vas a
vivir como en un cuento de hadas.
Durmiendo
para no ver,
probándome
zapatos para no
gritar
y
cocinando las perdices
que siempre se comen
los otros.
Arte: Valeriy Kachaev
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