SI
DESAPARECIERA MI HIJO
Si
desapareciera mi hijo,
¿dónde
lo buscaría?
Si
desapareciera mi hijo,
blanco,
negro, qom, mapuche,
hippie,
punk,
judío,
cristiano, rastafari, ateo,
seminarista,
estudiante,
obrero,
músico, poeta,
pajarito
que comió de mi mano,
pajarito
que me cantó las cuarenta
cuando
quise ponerle llave al nido,
¿dónde
lo buscaría?
Si
desapareciera mi hijo,
si
abriera la puerta de su cuarto por la mañana
y
no encontrara su desorden,
su
olor,
el
eco de sus dedos revoloteando
sobre
las cuerdas de todas las canciones,
¿dónde
lo buscaría?
Si
desapareciera mi hijo
y
mi útero mugiera como un barco herido,
y
el miedo temblara en sus mástiles de sangre,
y
lloviera,
¿dónde
lo buscaría?
Si
desapareciera mi hijo y muchos preguntaran por él
y
vos no preguntaras,
y me dijeras que algo habrá hecho
o
que se escondió para joderlos a vos
y a
tu mundito de revista Billiken,
¿dónde
buscaría eso que muchos insistimos
en
llamar memoria?
El poema encarna la angustia más honda. Tenía razón Fontanarrosa, con el lennguaje, "desaparecido" es verdaderamente una mala palabra.
ResponderBorrarMARITA RAGOZZA
Es cierto, Marita. Una palabra atroz. Te abrazo con el alma.
Borrarmoriría buscándolo como el papa de María Cash
ResponderBorrarPobre hombre, pobre familia.
BorrarGracias Raquel Graciela Fernández. Conmovedora tu poesía.
ResponderBorrarGracias a vos! Abrazo!
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